MEDIO FERRADO

04 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

AUMENTAN en Galicia las rapaces, aunque casi todos preferiríamos que aumentasen los rapaces (y unos cuantos como mi amigo Angelito, las rapazas de 25 a 30). Pero tenemos que decir que también este incremento es bueno para todos, aunque algunos obstinados aún insisten en que a estos pájaros de pico ganchudo los suelta la Xunta, o los ecologistas, o bien O Meco, es decir, Fantomas, para que nos dejen sin perdices, o sin pollos de corral, o sin cualquier cosa que el perjudicado eche en falta, a cambio del único beneficio, se supone, de jorobarnos. Que sepan que no los sueltan, excepto unas pocas aves curadas en los centros que funcionan con ese fin, porque en la Xunta no se crían miñatos ni están los funcionarios incubando huevos, por más que domine el sedentarismo y sea fama que allí hay mucho buitre. El aumento es para felicitarse no sólo por la mayor riqueza estética de un cielo adornado por estos hábiles voladores diurnos y nocturnos, ni por el valor intrínseco de la biodiversidad, sino porque son indicadores de mejora del ambiente y de otros progresos; por ejemplo, que vamos dejando de fumigar y fumigarnos con tratamientos agrícolas que acababan con la microfauna y con nuestra salud; que se abandona el uso de venenos para matar eso que se llama alimañas, entre las que cada vez se contaban más perros del vecino, lo cual era fuente de disgustos porque ahora hasta los palleiros tienen pedigrí, y, por fin, que en los bares cada vez hay más televisores de plasma, que no sirven de repisa para tener encima azores ni ratoneros apolillados. Por todos estos progresos, ¡ sursum corda !