El «robo del siglo» deja cabos

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL | BRUSELAS

SOCIEDAD

EYAL WARSHAVSKY

La policía detuvo a cuatro personas presuntamente vinculadas a un atraco antológico: el de 140 de las 160 cajas fuertes que guarda el Diamond Center de Amberes

28 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Un asalto a la inexpugnable Bolsa del diamante de Amberes. Un botín valorado en más de 118 millones de euros. Y sin apenas destrozos, ninguna huella. Durante dos semanas, a este misterioso golpe se le conoció en Bélgica como el robo del siglo , pero las imprudencias están a punto de convertirlo en un verdadero fiasco. Cuatro personas, tres italianos y una holandesa, han sido detenidas por la policía federal belga en relación a los hechos ocurridos hace dos semanas, cuando aparecieron reventadas y vacías 140 de las 160 cajas fuertes que hay en el subsuelo del Diamond Center de Amberes, uno de los cuatro parqués de la ciudad dedicados al negocio del diamante. Tanto el escenario como la fecha elegida para el atraco merecerían un guión cinematográfico. Para empezar, los diamantes fueron sustraídos durante el fin de semana que empezó el pasado día 14, cuando los enamorados celebraban el San Valentín. Pero es que, además, los ladrones lograron penetrar, sin dejar apenas rastro, en el corazón de la fortaleza mejor custodiada del planeta, en torno a la que se cortan 25 millones de quilates de esta piedra cada año y por la que transita el 75% de la producción mundial de diamantes. Las calles más vigiladas «Es increíble que esto haya podido ocurrir. Son las calles más protegidas de toda Bélgica», comentaba Yuri Steverlynck, portavoz del Consejo Superior del Diamante, que representa al sector. Y no le falta razón. El distrito del diamante de Amberes es un barrio de unos dos kilómetros cuadrados, cerrado al tráfico rodado, en torno al que se concentran cuatro centros de subastas y una veintena de inmuebles de oficinas. En total, un bullicioso sector que emplea a 18.000 personas y cuyos puntos neurálgicos están custodiados por cuatro niveles de seguridad: una permanente presencia policial, videocámaras exteriores e interiores, registro de visitantes y tarjetas de identificación obligatorias para los joyeros. La limpieza del robo puso a policía sobre la hipótesis de que «el ladrón o el cómplice» se hallaba dentro, como recogió el diario Le Soir . Cuando ya se creía el caso perdido, tras haber interrogado sin avances a los propietarios de 159 cofres de acero que había en la Bolsa, los investigadores parecieron cantar bingo con el 160. La caja 160 Esta caja estaba registrada a nombre de Antonio F., de 51 años, italiano con un turbio pasado judicial. La policía constató que este individuo se hizo pasar por joyero a finales del año 2000 y alquiló un despacho en el Diamond Center para un negocio al que llamó Preciosa. También alquiló una caja fuerte para estudiar el sistema de seguridad, así como un apartamento. En total, más de dos años para preparar el golpe. Pero, primer error, los investigadores no tardaron en averiguar que Preciosa no tenía acreditado movimientos en el registro mercantil. Sin embargo, la chapuza más grande la cometieron los autores materiales del robo, que se desprendieron en una autopista de papeles que hacían referencia al Diamond Center, de pases permanentes de acceso y de las cintas de vídeo en que habrían grabado el golpe. El registro en Preciosa y el apartamento de Antonio, que ocupaba junto a su esposa y una pareja de italiano-holandesa, todos detenidos, arrojó más luz al caso, pues en la operación se encontraron obligaciones robadas y un perforador de precisión con el que se cree fueron saboteados los cofres. Ahora sólo falta saber dónde se hallan los diamantes que al parecer fueron transportados en 17 bolsas de basura. La policía investigada pistas en dos países: Luxemburgo y Suiza.