Disneyland, un premio a la solidaridad

MERCEDES ESCAURIAZA PARÍS. ENVIADA ESPECIAL

SOCIEDAD

Dos pontevedresas, entre los 50 niños españoles que viajaron a París en recompensa por su solidaridad ¿Cómo llegar a Disneyland Resort París?: en coche, en tren, o con un gran corazón. Cincuenta niños españoles, de entre 7 y 15 años, entre los que viajaban dos gallegas, utilizaron el último medio para aterrizar en el mismísimo hogar de Mickey Mouse. Son los ganadores del Premio Niños para un Mundo Mejor. El galardón, concedido entre tres mil aspirantes, se otorga por algo tan sencillo como ser buena gente. Estos pequeños superhéroes viven para los demás y se ruborizan si se les pregunta por ello. El padre de Eliott, uno de los niños, no cabe en sí. Él mismo fue testigo de como su pequeño, de 11 años, salvo la vida a un crío de cuatro cuando estaba a punto de ahogarse en una piscina municipal de Valencia.

04 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

«De repente vi a un niño pequeño en el fondo y, sin pensar, me tiré al agua». Lo cuenta tan natural. Para él su padre es un héroe, pero el padre está aún más orgulloso. Eliott es uno de estos superhéroes de carne y hueso que prefiere viajar por un mundo de cuento de hadas a vivir las fuertes emociones del Rock¿N¿Roller Coaster starring Aerosmith, una montaña rusa de última generación. A Mickey Mouse y a su novia, Minnie, se les encoge el corazón cuando Carlos les pide un autógrafo. Este pequeño madrileño, de siete años, salvo la vida de su hermana al donarle su médula ósea y la mejor de sus sonrisas, cuando solo tenía cuatro años. Embajada de corazones Estos chavales y las dos Silvias, que llegaron a París procedentes de Pontevedra, son sólo una pequeña parte de la embajada española de corazones que aterrizó en Disneyland París. Compuesta por cincuenta niños, de diez comunidades autónomas, fueron elegidos entre 3.000 chavales como ganadores de la sexta edición del premio Niños para un Mundo Mejor, otorgado por la ONG Mensajeros de la Paz, McDonlad¿s, Iberojet y Disneyland. Silvia y Silvia estudian en el Instituto Luis Seoane de Pontevedra. Las dos miden igual, están en cuarto de ESO y colaboran en proyectos de la Unesco para defender la paz, la tolerancia y la cooperación internacional. A la primera Silvia le acompaña su madre y las dos disfrutaron de su primer vuelo en avión. La niña se lo pasa de miedo después de haber dedicado meses y más meses a difundir los proyectos de solidaridad entre sus amigos y vecinos más próximos, participando en la recogida de material escolar y de fondos para cubrir becas de estudio en Santa María de Tzej (Guatemala). A la otra Silvia le acompaña su hermana, que ha dejado en casa a su marido recién estrenado para hacer un viaje al mundo de los sueños. Silvia dos participa en el proyecto Ruta de la Esclavitud, también dentro del comité de la Unesco. Cuando la llamaron para comentarle que, por su gran entusiasmo, había resultado ganadora del premio Niños para un Mundo Mejor, pensó, cándida ella, que se trataba sólo de una broma.