Los africanos reciben el primer eclipse de Sol del milenio con danzas y bengalas

MARK KULSTER LUSAKA

SOCIEDAD

MIGUEL MÉNDEZ / EFE

En países como Zambia, donde mejor se vio el fenómeno, declararon el día como fiesta nacional

21 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Millones de personas fueron testigos ayer en África austral del primer eclipse de Sol del tercer milenio, que fue recibido con cánticos, danzas, aullidos, fuertes bocinazos y el lanzamiento de bengalas. Un manto de tinieblas comenzó a cubrir a primera hora de la tarde el cielo de Lusaka, que durante los siguientes tres minutos y catorce segundos vivió una situación insólita: completamente a oscuras y sumergida en el ruido ensordecedor provocado por sus asombrados habitantes y miles de turistas de todo el mundo. El ambiente recordó al de las mejores celebraciones, ya que gobiernos como el de Zambia aprovecharon el fenómeno astronómico para declarar fiesta nacional. La llegada del eclipse provocó grandes manifestaciones de júbilo entre la muchedumbre. La mayoría de los asistentes comenzó a gritar, otros a abrazarse y a mover rítmicamente el esqueleto y algunos a soplar largos cuernos de antílope y búfalo, curvos y de los que salía un lúgubre rugido. Los automovilistas hicieron sonar el claxon de sus coches y los niños a lanzar bengalas y petardos. «Ha sido fantástico. Nunca había visto algo parecido. Creo que es una bendición de Dios», aseguró una mujer mientras contemplaba el cielo con unas gafas protectoras para no dañarse la vista. No obstante, el precio de estas gafas, alrededor de 200 pesetas, resultó prohibitivo para muchos africanos, que recurrieron a procedimientos caseros como papel de aluminio o vendas. Aunque con menos nitidez que en Lusaka, el fenómeno también pudo verse en una franja de 150 kilómetros de ancho y que cruza toda la zona meridional del continente africano, al igual que en parte de Sudamérica y Australia.