Los estómagos se van de puente...

MARÍA J. MIYARES A CORUÑA

SOCIEDAD

MONCHO FUENTES / VÍTOR MEJUTO / SONIA PACIOS

Los berberechos, los mejillones o las sardinas, ideales para calmar las tripas de día Y el rock, el dance y el pop, lo mejor para el cuerpo por la noche Las tripas rujen. Pero la nevera da pena. A una esquelética zanahoria se le une un cartón de leche caducado. ¿Y la despensa?. Casi tan vacía como el frigorífico. ¡Qué fastidio! De eso nada. Las posibilidades gastronómicas en Galicia este puente son... De lo mejor.

11 ago 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

El primer intento podría ser hoy en Noia. Los berberechos esperan, en empanada de millo o al vapor. Y este año incluso se atreven con una receta sorpresa. ¿Qué será? Para satisfacer curiosidades, y estómagos, basta con tomar rumbo a la localidad. Y como todavía quedará un huequecillo, ¿qué hay mejor para llenarlo que unas sardinas?. Pues nada, se coge el coche y se enfila al Monte da Guía. El estómago manda. Y lo mejor es hacerle caso para que no dé la lata. Una sardinitas y un poco de vino seguro que lo tranquilizan. Después de la comilona, lo suyo es echarse una siesta. Sin prisa. Para que no siente mal. Pero tampoco hay que dormirse en los laureles, nunca mejor dicho, porque antes de la cena, o para acompañarla, un vinito de Mencía no vendría nada mal. Además, en A Rúa debe haber un ambientazo... El vino entra bien, pero para que la cabeza no sufra mayores desperfectos, comer algo no vendría nada mal. Eso de la cena medieval de A Golada suena fenomenal. Y los platos sabrán mejor, fijo. Menudo día. Pero mañana hay más. Y es que una vez que uno se aficiona a la ruta gastronómica sería una pena perderse el aperitivo o la comida en A Illa de Arousa, por ejemplo. Los mejillones los preparan... ¡Buf! Estupendamente. Igual de bien que el pulpo en O Carballiño. Otra cita ineludible para los paladares exquisitos, o para los estómagos hambrientos, que hay de todo. Mientras, el vino sigue de vaso en vaso en A Rúa. Y hay que repetir, que ya se acaba. El estómago empieza a quejarse, pero esta vez por el empacho. Lo mejor, un día de descanso. El lunes, claro. Porque el martes hay que ir a A Cañiza. Y es que el jamón de allí está de bueno... El punto final perfecto a un puente de lo más comilón.