El 63% de la superficie de España presenta algún riesgo de desertización

R. R. A CORUÑA

SOCIEDAD

El cambio climático podría extender el fenómeno a zonas húmedas de la cornisa cantábrica y Galicia Algo más de un sesenta y tres por ciento del territorio español presenta algún tipo de riesgo de desertización. De esta situación sólo se libra Galicia y la cornisa cantábrica, aunque expertos en cambio climático advierten de que este fenómeno extenderá la sequedad del suelo a zonas hasta ahora húmedas. Hoy se celebra el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía, instaurado por la ONU hace seis años, y que en España servirá para presentar el plan del Gobierno para atajar este problema.

16 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Según el Ministerio de Medio Ambiente, el 1,1% del territorio nacional se encuentra bajo condiciones áridas, prácticamente un desierto; en situación semiárida está el 45,2% por ciento, y en subhúmeda seca, el 17%, lo que supone que el 63,3% de la superficie española presenta riesgo de desertización. Si esta es la situación general, la experta en cambio climático del Centro Superior de Investigaciones Científica Teresa Mendizábal concretó que el 43% de España tiene problemas de degradación, que son especialmente graves en un 18% del territorio, sobre todo Almería, Murcia y Levante, con una erosión alta o muy alta. Para esta experta, el origen del fenómeno está en la «climatología y en el mal manejo del suelo», por lo que «es tan viejo como la vida humana», sobre todo «en la zona mediterránea, muy explotada ya desde la época de los fenicios y los romanos». La acción del hombre, por medio de prácticas agrícolas, ganaderas y forestales abusivas o inadecuadas, es, precisamente, lo que más ha contribuido a acelerar el proceso de desertización. De hecho, los expertos calculan que la tasa de erosión natural, en ausencia de la acción humana, se cifra entre 1 milímetro al año en zonas semiáridas y en 0,001 en espacios de clima oceánico. Esta tasa, cuando el hobre actúa desproporcionadamente sobre el medio, se puede multiplicar de 5 a 1.000 veces. Acelerar el proceso José Luis García, portavoz de Greenpeace, añade otro problema cuyos efectos ya se están notando: el cambio climático. «Este fenómeno _dijo_ va a acelerar el proceso de desertización, la España seca va a ser más seca y la España húmeda tenderá a reducirse». Por ello, Greenpeace considera que para frenar la degradación del suelo es necesario disminuir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, fomentar la conservación de los bosques autóctonos y reducir el consumo de agua mediante políticas racionales. En este aspecto incide Ecologistas en Acción, entidad para la que las políticas hidrológicas, energéticas, forestales y agrícolas «se alejan cada vez más de un modelo de gestión sostenible» y, por el contrario, «fomentan» la degradación. La organización Amigos de la Tierra califica este fenómeno como «una amenaza» y uno «de los problemas más graves y más desconocidos para la opinión pública».