Confirmado, este año hay más ganas de fiesta que nunca en Santiago: «Hasta los roqueros bailan electrolatino»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

En el restaurante Los Robles se preparan para recibir este fin de semana a casi 450 personas cada día. Su conocido animador comenta cómo lo vive a pie de pista

15 dic 2022 . Actualizado a las 09:01 h.

Las primeras cenas de Navidad en Los Robles, uno de los sitios referente en cuanto a eventos en Santiago, ya se celebraron el sábado 19 de noviembre, pero será este próximo fin de semana, el último antes de Navidad, cuando el salón del establecimiento compostelano se llenará hasta la bandera con todo tipo de reuniones. «El viernes y el sábado se rondarán las 400 o 450 personas cada día», avanza Luis Sevilla, uno de los dos socios del restaurante. «Hay ganas de celebración», apostilla sobre una sensación que se ratifica a pie de pista. 

Desde hace doce años uno de los principales animadores del recinto es Javissolla (de nombre artístico), un grovense ante el que pocos comensales se resisten a no bailar. «Saben que pongo todo tipo de músicas. Este local, además, invita a bailar. Es muy fácil al ser tan espacioso», remarca, compartiendo su análisis sobre este año. «La gente viene predispuesta a pasarlo bien, a disfrutar. Algo que se nota es que antes había gente que se dejaba arrastrar a la pista, pero que no ponía ganas. O, directamente, ya no bailaba, alegando que ‘mañá teño que traballar e levantarme cedo’. Ahora ya casi nadie pone excusas», defiende divertido este animador, que también se declara «festeiro».

«Otra diferencia es que antes de la pandemia se podría decir que la gente era más firme en sus gustos. El que quería reguetón solo bailaba eso. Este año, sin embargo, se unen independientemente de lo que suene», añade Javissolla, antes de poner el foco, en que a pesar de que hay asistentes que piden música actual, como Rosalía, Quevedo o Ana Mena, son los «temas de siempre, como Paquito el chocolatero o Raffaella Carrà, los que meten a todos en la fiesta». «Y en este 2022 pocos se resisten», subraya, recordando otra anécdota que pone de manifiesto las ganas de celebración.

«En los Robles hay una tradición. Llegado un momento de la noche se apagan las luces y se invita a los asistentes a cantar al unísono el tema Y nos dieron las diez de Joaquín Sabina. Yo siempre intento que la gente se una, algo que la pandemia había frenado. Este año la cantaron todos abrazados», enfatiza ilusionado Javissolla, enlazando con otra vivencia que no olvida.

«En el 2020 había una pareja que cumplía 50 años de casados, un aniversario para el que me habían contratado. Llegó la pandemia y lo postergaron, pero ella murió ese año de covid. En este 2022 él lo quiso celebrar con sus familiares más cercanos. Ella no estaba presente, aunque sí en sus recuerdos. Fue muy emocionante. Se celebró con alegría, sin tristeza. La gente necesita celebrar la vida», acentúa, dando más ejemplos. «Nunca hice tantos cumpleaños infantiles como este año. Muchos padres me dicen: ‘Eu ata o de agora non llo celebraba ao neno, pero é que se perderon moito...», concuerda el animador, antes de regresar de nuevo a la pista de baile.

El animador Javissolla
El animador Javissolla

«Yo siempre fui de poner lentas. Este año hasta la gente se apunta más», destaca animado. 

«El número de cenas se equipara a la prepandemia»

Con la misma impresión que Javisolla, se manifiesta Patricia Codesido, de la empresa Animus, una firma de animación musical de eventos con sede en Área Central. La animadora pone el foco en el elevado número de cenas que están cubriendo este año. «Ya se equiparan a la prepandemia; destaca mucho el crecimiento respecto al 2021», subraya, estando también de acuerdo en la «necesidad que los gallegos tienen de celebrar».

«Yo estuvo estas semanas en varios restaurantes grandes de Santiago, como el Ruta Jacobea, con cenas de muchos asistentes, de empresas importantes de la ciudad. Antes costaba más que los asistentes se enganchasen a la fiesta; ahora no necesitan motivos», recalca divertida.

«Noto es que antes la gente era menos permisiva con la música. Ahora, por el contrario, es más abierta. Está más relajada. Hasta los roqueros bailan electrolatino, algo impensable hace años», añade risueña, aclarando los temas que, sin ser actuales, aún son los más bailables. «La gente puede ser de reguetón, pero pocos se resisten La ventanita del amor y Suavemente», concluye.