Explorando el bosque de ribera que el cauce del río Dubra crea en un valle estrecho y fértil
VAL DO DUBRA

En la ruta destaca los restos de la central eléctrica de Buxán
18 ene 2025 . Actualizado a las 18:05 h.El valle por el que corre el río Dubra, y la carretera de Portomouro a Carballo que discurre pegada a él (la DP-1914), es largo, estrecho y fértil. Sin entrar en polémicas sobre el lugar exacto del nacimiento puesto que la gran mayoría de las corrientes se forman por unión de varias más pequeñas, la primera foto del Dubra una vez que se juntaron el Rego do Viso y el Rego do Loureiro se debe hacer un poco antes de Campo de Rial, cogiendo a la izquierda una pista muy ancha. Conste que en la totalidad de su trayecto es un río tímido, que se esconde tras un bosque de ribera no muy ancho pero sí muy denso, de manera que no se ve fácilmente.
Una vez dada la espalda a la capital del municipio de Val do Dubra —donde permanece en pie un molino—, en la citada carretera se gira a la diestra, señalizado campo de fútbol A Telleira. Unas buenas instalaciones deportivas quedan a la izquierda y a la mano contraria va a estar el río. Resulta posible acercarse al agua cuando esta describe una gran curva: se trata tan solo de seguir la pista que continúa y que muere algo más adelante en un paraje poco grato no por culpa de la naturaleza.

De vuelta a la DP-1914, y dejando atrás unas muy viejas instalaciones fabriles, la recomendación es ir muy despacio, y donde fue colocada la señal del kilómetro 23 se construyó un puente que salva la corriente. O sea, foto. Al igual que es posible hacer otra por la parte trasera de la llamativa ex parrillada Os Carballos.
Más allá permanece en pie un gran cartel que anuncia una ruta por la Devesa de Gontar, viene luego el cruce del río Vilariño (en los mapas, Rego de Porto Cañizo) e inmediatamente hay que aparcar el coche. Frente al viajero están los restos de la central eléctrica de Buxán, lastimosamente abandonados en un país donde la arqueología industrial continúa en pañales.
Siguiendo el asfalto aparece el desvío a Insua. Desde el puente se obtiene otra interesante imagen porque el Dubra ya se muestra con una anchura respetable. Súmesele que ahí mismo se precipita (ese es el verbo, porque se une con una fuerza que hasta asombra) el Rego de Porto Nabo, en medio de un bosque precioso de especies autóctonas. Giro a la izquierda por una pista muy estrecha cuyo firme se encuentra en un estado aceptable, sube un poco y vuelve a bajar para morir en la DP-1914.

El que también muere un poco más adelante es el Dubra. La localidad de Portomouro recibe al viajero, que debe cruzar el río (carretera a Santa Comba) y girar inmediatamente a la izquierda, dejando a mano contraria un espacio muy amplio pensado para los pequeños de la familia. La tentación es continuar por esa pista, que finaliza en el colegio local, pero realmente no se trata de una buena idea: resulta imposible ver el agua desde ahí.

Así que lo que queda es conformarse con aparcar e ir al puente para echar una última mirada. O bien seguir por la carretera hacia la aldea de Xermán, dejar el coche antes del rego de Fontán y echarse a andar (con calzado adecuado) por una isla llamada Insua, para llegar muy cerca de ese punto de encuentro del Dubra con otro río que presume de fama: el Tambre.
Pero todavía procede anotar una segunda opción si lo que se desea es ver ese punto concreto: cruzar el puente en Portomouro rumbo a Santiago, girar inmediatamente a la diestra y, tras la curva, de nuevo elegir la primera pista a la misma mano y la segunda, a la derecha también. El coche no entra, pero es un paseo muy corto y precioso.