El hombre que abordaba y besaba a mujeres en la calle y en portales en Santiago acepta ingresar en un psiquiátrico
SANTIAGO CIUDAD
En octubre y noviembre del 2022 agredió a seis víctimas, de las que dos de ellas eran menores que volvían del instituto
26 sep 2023 . Actualizado a las 18:22 h.Ocurrió entre los primeros días del mes de octubre y el 9 de noviembre del 2022. En Santiago saltó la alarma por la presencia de un hombre que abordaba a mujeres y niñas en la calle o en el interior de portales y las besaba en contra de su voluntad. Al menos hubo seis víctimas, las que denunciaron, de las que dos eran menores de edad. La pesadilla terminó con la detención del agresor sexual, que fue enviado a prisión provisional tras ser interrogado en los juzgados y que ahora acaba de aceptar ingresar en un psiquiátrico, así como una pena de tres años y diez meses de cárcel, seis de libertad vigilada y una indemnización total de 4.400 euros en total, aunque dos de las afectadas han renunciado expresamente a recibirla.
El primero de los casos ocurrió a principios de octubre, a las 13 horas, cuando una chica se disponía a entrar en el portal de un edificio en el que reside una amiga a la que iba a visitar. El acusado, de nacionalidad colombiana y en situación irregular en España, la siguió y logró entrar en el ascensor con ella, donde se le abalanzó e intentó besarle en la cara sin su consentimiento. No lo consiguió porque la joven le apartó de un empujón y logró marcharse.
El 22 de octubre repitió. A las 15.30 horas abordó a otra víctima en el portal de su edificio. Él le abrió la puerta y le dio dos besos en las mejillas en contra de su voluntad, para después entrar en el ascensor con ella y allí abalanzársele y decirle: «¿Y si no te dejo salir?», ante lo que ella le empujó y logró entrar en su vivienda.
Lejos de aplacarse, el acusado incrementó notablemente sus acciones y el 3 de noviembre abordó a otras tres víctimas. A una a la que había estado acechando en días anteriores se le acercó cuando estaba trabajando en su puesto de venta de castañas y, tras agarrarle fuertemente la cara, trató de besarla, pero ella le apartó de un fuerte empujón. No acabó ahí el mal rato de la víctima, que tuvo que soportar que se le quedara mirando desde un lugar cercano durante varios minutos.
Ese mismo día, a las 14.45 horas, abordó a una niña de trece años que volvía del instituto y, tras decirle su nombre, le preguntó a la menor de dónde venía, le agarró la mano y le dijo que le parecía muy guapa, para después pedirle que no tuviera miedo y tratar de besarle en las mejillas. Ella paralizada por el terror, le dio un beso y salió corriendo.
No fue la única menor de edad que abordó en aquella jornada, ya que hizo lo mismo con una niña de catorce años que volvía de clase y a la que interceptó en el portal del edificio en el que residía. Primero la besó en la cara sin su consentimiento, para después tocarle la espalda y comenzar a preguntarle si vivía en ese lugar y otras cuestiones al tiempo que la iba arrinconando y la obligaba a que se desplazara hacia la parte trasera del inmueble, en la que hay una explanada. Logró salir corriendo, pero el condenado forcejeó con ella, intentó agarrarla y llegó a sujetarle la mochila, que la chica portaba en su espalda. Cuando logró por fin huir, se refugió en un supermercado.
El último caso también ocurrió en los primeros días de noviembre, cuando el hombre abordó a una mujer que caminaba por la calle hacia una tienda y, nuevamente sin su permiso, le plantó dos besos en sendas mejillas. Fue entonces cuando lo detuvo la Policía Nacional y, tras ser interrogado en los juzgados, fue enviado el 9 de noviembre del 2022 a prisión provisional sin fianza.
El acusado tiene sus funciones psíquicas gravemente alteradas
El informe que hicieron los forenses sobre el hombre que durante un mes del 2022 aterrorizó a al menos seis mujeres en Santiago abordándolas y besándolas refleja que necesita de atención especializada por padecer problemas de salud mental, de ahí que él mismo haya aceptado ingresar en un psiquiátrico. Los médicos resaltan que tiene gravemente alteradas sus funciones psíquicas superiores y con su internamiento quieren evitar que sufra disturbios mayores y también que pueda seguir representando un peligro para las demás personas.