Vascos y catalanes llenan el registro de nombres exclusivos de sus lenguas; los gallegos, no

Carlos Punzón
carlos Punzón VIGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

e.CUIÑA

Galicia se sitúa al margen de la tendencia de las otras comunidades históricas

03 nov 2020 . Actualizado a las 17:44 h.

Nueve de los diez nombres propios más utilizados el año pasado para designar a los nacidos en el País Vasco son exclusivos de la lengua de esa comunidad, así como siete en el caso de las niñas. Markel, Jon, Julen, Ibai, Oihan, Ander, Izei, Danel y Aimar, o Ane, Laia, June, Irati, Nahia, Izaro y Maddi sumaron el año pasado 1.988 entradas en los registros vascos, el 13 % del total.

En Cataluña, el top ten antroponímico está liderado por ocho nombres de niños específicos de la tierra (Marc, Alex, Jan, Nil, Pol, Biel, Pau y Eric), que suman 3.552 registrados y baja a tres en las niñas (Martina, Ona y Laia), otras 1.258. Incluso en Navarra, la preferencia a designaciones exclusivas vascas hace que siete de los nombres de varones más frecuentes tengan ese origen (Iker, Aimar, Julen, Ibai, Oihan, Mikel y Oier), como ocurre con cuatro de los diez primeros en las niñas (Ane, Irati, Nahia y Laia).

Galicia es ajena a esa corriente. Ningún nombre exclusivamente gallego tiene hueco entre los más utilizados, puestos copados por Mateo, Lucas, Martín, Hugo, Leo, Gael, Enzo, Manuel, Daniel y Pablo, como Sofía, Noa, Martina, Lara, Lucía, Sara, Valeria, Alba, Daniela y Valentina se llevan la palma entre las niñas.

«Galicia opta polo conservadorismo na antroponimia, por dar continuidade á tradición familiar, ou pola seriedade que se lle atribúe ós nomes en castelán, sobre todo no caso dos nenos», considera Ana Boullón, profesora en la Facultad de Filoloxía de la USC y experta en antroponimia. «En Cataluña e País Vasco teñen unha grande asunción da especificidade nacional do seu territorio», opina, advirtiendo un crecimiento de esa identificación en el caso vasco, que asocia al modelo educativo y de apoyo a la lengua, y una disminución de dichos ámbitos en Galicia.

Aunque advierte que María, Carlos o Lucas son tan gallegos como castellanos, admite Ana Boullón que los nombres exclusivos de Galicia no acaban de dar el salto en el registro, pero anima a tirar de la toponimia galaica, «un recurso inesgotable» para lograr una mayor identificación de la antroponimia de la comunidad con sus raíces. Eso sí, advierte que ni Noa, ni Antía forman parte de los listados de nombres específicos gallegos, pese a que se toman como tales y se usan bajo esa creencia.

Amenaza cultural

«Vascos e cataláns ven unha constante ameaza a súa identidade e por iso votan man dos seus recursos para reafirmarse. En cambio, os galegos, en xeral, non teñen esa percepción», dice el antropólogo Manuel Mandianes. Mantiene que apenas hay alumbramientos en el rural gallego y las modas y la influencia de la televisión dejan más huella en las ciudades, sobre todo en los barrios populares. «A TVG ten serie estupendas, capaces de competir con calquera país, pero non aborda os temas desde un punto de vista identitario, que si fai Cataluña», abunda Mandianes, que ve influencia del mundo audiovisual en la antroponimia y cierta «mentalidad mitómana» en los catalanes o cerrazón en la cultura vasca que ayuda al resurgir de sus nombres propios exclusivos. «A nosa mentalidade é máis aberta, máis tolerante», estima el estudioso del comportamiento humano.

Rechaza sin embargo Mandianes una influencia política en la elección de los nombres, aunque asegura que la globalización hace emerger como contrapeso nacionalismos que tratan de tirar de nomenclatura propia.