Ni una ventaja

Cristóbal Ramírez

PADRÓN

01 ago 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

Vaya usted a Trazo y abra un bar. Necesita una licencia municipal y abonar unas tasas. Vaya usted a Oroso y abra un gimnasio. Necesita abonar las tasas correspondientes y una licencia municipal. Vaya usted a Padrón y abra una panadería. Necesita una licencia municipal, claro. Vaya usted a Santiago y anote que ese piso que tiene vacío es una vivienda turística. Y luego indígnese y proteste y envíe un escrito al presidente de la Xunta cuando su Ayuntamiento le exija una licencia municipal y, por supuesto, pagar unas tasas. Gastos que sí tiene que afrontar la hostelería, uno de los motores de la ciudad y gran perjudicado por este desmadre.

Eso es lo que está pasando en la capital de Galicia. Y como este es un país donde tontolaba el último, hasta cuando el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia da la razón al Concello vamos a pedir a la Valedora do Pobo que intervenga, a ver si suena la flauta por casualidad o al menos a ver si podemos seguir mareando la perdiz.

Desde luego la proliferación de viviendas turísticas constituye una muy mala noticia para una urbe donde el encarecimiento de los alquileres (ejemplo: piso de 127 metros cuadrados, 1.350 en Sar) es brutal y la expulsión a priori de sus nuevos vecinos les trae al pairo a unos propietarios que quieren la rentabilidad inmediata, el pan para hoy y hambre para mañana. Y por supuesto les da igual que cada dos por tres suban y bajen maletas al tercer piso o al quinto con la algarabía habitual.

Porque los que tenemos un cerebro limitado no logramos ver ni una sola ventaja en contar con 900 viviendas turísticas en una ciudad de menos de cien mil habitantes. Por suerte el alcalde Bugallo se mantiene firme. Es de agradecer.