Sin embargo, en su retina guarda como si fuese ayer un día histórico para el Compostela, cuando siendo «un rapaz» el equipo de Fernando Castro Santos consiguió ascender a Segunda División por primera vez en su historia tras una liguilla en la que tuvo que tumbar en el viejo Santa Isabel al potente Badajoz, que era el gran favorito y que en la primera vuelta le había endosado un contundente 4-0 a los blanquiazules en una tarde de muchísimo calor. «Eu case que era un neno e viñamos de ascender de Terceira División. O noso vestiario era unha familia e eses anos os lembro de xeito moi especial», recuerda con nostalgia el veterano jugador del Sigüeiro.
Una familia
En aquel vestuario era uno de los cachorros, en un plantel con una buena mezcla de veteranía y juventud, con total acento gallego en las filas de un Compos que creció muy rápido y llegó al cielo en un tiempo récord. «Tiñamos un grupo moi san. Estaban Cota, Cea, Ochoa, Quico, Moure, Juan, Docobo, Agustín... Empezamos todos xuntos dende abaixo aquel proxecto e chegamos ao fútbol profesional en moi poucos anos», presume el de Sigüeiro. Mucha ilusión, una gran pasión por el fútbol y una vida saludable mantienen a este veterano extremo en plena forma.