Cosechar sin recoger todo el fruto

Natalia Rodríguez Noguerol
NATALIA NOGUEROL MELIDE / LA VOZ

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La suspensión de las ferias en Melide y Arzúa afecta a una veintena de productores

12 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La actividad que desempeñan es de las consideradas esenciales en el excepcional estado de alarma, que, sin embargo, les cerró la puerta del principal, y en casos único, espacio que tienen para la venta de su mercancía. Son los productores agrícolas que despachan directamente al consumidor en las tradicionales ferias como las que, hasta principios de marzo, se celebraban todos los domingos en Melide, así como los días 8 y 22 de cada mes en Arzúa.

La suspensión, hasta nueva orden, de esos mercados de alimentación al aire libre afecta a más de una docena de productores agroalimentarios que profesionalmente se dedican a la venta de su mercancía en la feria dominical de la localidad melidense, donde también hay vendedores ambulantes de frutas y verduras, así como de productos y derivados cárnicos, al margen de productores con huertos para el autoconsumo que, al igual que los que elaboran artesanalmente queso, despachan los días de feria el excedente agrícola. Este último colectivo son mayoría en el mercado dominical de Melide, donde llegan a exponer, según los datos facilitados de la administración local, hasta ochenta productores para consumo doméstico.

En las dos ferias que se celebran tradicionalmente al mes en Arzúa tampoco faltan los productores que despachan excedente agrícola. Al margen de ellos, las citas de los días 8 y 22 también son el principal escaparate y espacio de venta para cinco productores de plantas y verduras. Además, de acuerdo con la información del Concello arzuano, hay doce productores artesanales de queso, uno de miel, dos vendedores de fruta, y siete de carnes, entre una decena más de puestos de alimentación.

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«De casa en casa, os ingresos son menos da metade»

Tampoco hay intermediarios entre los productos que Juan Freire y Olalla Mato cultivan y el consumidor. Al igual que para la inmensa mayoría de sus compañeros del sector agroalimentario, la venta a domicilio se convirtió en la única alternativa posible. Sin embargo, «de casa en casa, é moi difícil darlle saída a todo. Os ingresos son menos da metade», cuenta este productor de la parroquia de Viñós, en Arzúa, que, hasta la suspensión de las ferias, despachaba producto en las de la capital comarcal, y en las de una decena más de municipios de la zona. Cree que la vuelta a los mercados «non vai ser coma antes; a xente ten medo». Y refuerza su afirmación con un cambio de hábito que detectó estos días: «agora os clientes pídenme para pagar con tarxeta», cuenta.

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«Non podemos sacar os produtos que estaban para saír esta época»

Tania López es una de los cientos de productores agroalimentarios gallegos directamente afectados por la suspensión de las ferias. No vende a la gran distribución, por lo que el despacho directo al cliente es la principal fuente de ingresos de esta joven de Santiso, que, hasta la declaración del estado de alarma, sacaba adelante los productos de temporada que cosecha en las ferias de Melide, en el mercado de los jueves en Santiago, y a través de pequeñas tiendas de alimentación y de restaurantes. En suspenso los mercados ambulantes, y paralizado el sector hostelero, «non podemos sacar os produtos que estaban para saír esta temporada», cuenta. Ni el despacho a los ultramarinos, que se redujo, ni la venta a domicilio alcanzan para darle salida a todo lo plantado.