El acusado de drogar a dos prostitutas alega que él no les echó nada en la copa

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

AMES

CENAMOR

Sostiene que pudieron darles cocaína y MDMA en el club de alterne en el que trabajaban

06 jun 2018 . Actualizado a las 08:01 h.

El juicio contra un hombre acusado de drogar a dos prostitutas a las que contrató en un club de alterne de Bertamiráns (Ames) y llevó a su casa en Serra de Outes quedó ayer visto para sentencia. La última sesión de la vista oral había quedado aplazada para que pudiera testificar la forense que hizo el informe psicológico. La perito, experta asignada a un juzgado de violencia de género de Ciudad Real, concluyó que la chica que sufrió las consecuencias más graves del cóctel de cocaína y MDMA -éxtasis- padece un cuadro de estrés postraumático crónico que necesita de tratamiento con ansiolíticos, antidepresivos y psicoterapia. La otra, como vomitó nada más tomarse la copa en la que presuntamente les echaron los estupefacientes, tuvo efectos mucho menores.

La fiscala asignada al caso, Arantxa San José, pide para Cristian I. G. penas muy severas. Cinco años de cárcel por un delito contra la salud pública y otros dos por otro de lesiones, además de multas. Destacó en su informe final que, pese a que no se relaciona al acusado con el tráfico de estupefacientes, el tipo penal engloba también a aquellos que favorezcan el consumo de estupefacientes por cualquier medio y, más aún, si lo hacen contra la voluntad de otras personas, como supuestamente ocurrió aquella madrugada del 3 al 4 de junio del 2015.

En cuanto a las lesiones, aunque admite que no era intención de Cristian I. G. causar daño a las chicas, sí asumió el posible grave mal que puede derivarse del consumo de sustancias tan peligrosas como la cocaína o el MDMA. «No podemos consentir conductos de este tipo y por los testimonios de otros testigos, sabemos que no es la primera vez que sucedía», señaló la representante de la Fiscalía, que también destacó la condición de «dobles víctimas» de las perjudicadas «que como eran prostitutas les dijeron [el dueño del club, entre otros] que nadie las iba a creer», añadió.

La defensa de Cristian I. G., por su parte, reclama su libre absolución porque estima que los hechos no son constitutivos de los delitos de los que se le acusan y que, además, no hay pruebas de cargo contra él. Destacó que cualquiera pudo haberles suministrado la droga a las chicas. Ya fuese antes en el club el dueño del local para favorecer que trabajasen, como después en la casa del acusado, ya que en ella estuvo también otro hombre durante un rato. «¿ Por qué no se ha investigado esta posibilidad en ningún momento?», se preguntó.

La defensa entiende también que, además de no poder acreditarse que fuese el acusado y no otro el que les echara drogas en una bebida sin que ellas lo supiesen, las denunciantes han incurrido en numerosas contradicciones en su relato de los hechos y que lo han fabulado. Destacó que es imposible que tuvieran una intoxicación tan severa si, como ellas dijeron, solo bebieron un sorbo de la copa, y que tampoco es cierto que en la casa las tuvieran incomunicadas y que les obligasen a dejar los bolsos con los móviles en una habitación. «Ambas han coincidido en que bajaron a la cocina a hacerse un café, por lo que se movieron por la casa a su antojo», explicó. Cristian I. G. quiso hacer uso de su derecho a tener la última palabra en el juicio para refrendar los argumentos de su abogada y se limitó a señalar que es «totalmente inocente».

La Fiscalía pide una indemnización de 3.000 euros y la acusación particular la eleva a 33.000

Más allá de las reclamaciones penales, en las que coinciden tanto la Fiscalía como la acusación particular, ambas solicitan también al tribunal que se indemnice a las dos chicas por los perjuicios que les causó, tanto físicos como psicológicos, el haber sido presuntamente drogadas en contra de su voluntad con cocaína y MDMA. El ministerio público pide 3.000 euros para la mujer que sufrió la intoxicación más grave y 600 para la otra, que como vomitó tuvo efectos más leves.

La acusación particular, sin embargo, considera que la compensación económica para la prostituta con lesiones más serias debe de ser de 33.074 euros «porque las dolencias de estrés postraumático, como ha reconocido la psicóloga que hizo su informe para el tribunal, son crónicas», explicó el abogado Jorge Puñal.

Atenuantes

En caso de que el acusado sea condenado, la defensa también ha solicitado que se tengan en cuenta los atenuantes de reparación del daño, porque ya ha consignado una cantidad para hacer frente a las posibles indemnizaciones, como de colaboración, ya que autorizó a la exploración de sus dispositivos electrónicos y, en su opinión, prestó ayuda con la investigación de los hechos.