Malas ideas

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

14 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En cualquier aspecto de la vida, si se actúa sobre las consecuencias y se olvidan las causas, el problema no desaparece. El ejemplo más insólito, y que asombra a todos los ciudadanos del norte de Europa que se acercan a Galicia, es la AP-9: para que los incendios no la bloqueen se da un profundo afeitado a los márgenes, como si los incendios fueran una maldición bíblica contra la que no se puede hacer nada y que el monte esté abandonado resultase lógico. Y en vez de circular por una AP-9 con naturaleza a los lados parece que vamos por un tubo abierto por su parte más alta.

Ahora sucede lo mismo con Salgueiriños: con el fin de que bolsas y papeles no vuelen anda por ahí una idea de vallar el espacio del mercadillo semanal. Mala idea: hay que cerrarlo por completo, también por arriba, construir una cápsula enorme y que bolsas y papeles anden volando, cayendo sobre las cabezas y estampándose contra alguna que otra cara. Y tema resuelto, aunque a algunos les parezca que existan soluciones mejores. Porque si no las hay lo procedente no consiste en vallar el recinto para que los guarros —no son todos, no—, que tiran desperdicios lo hagan felices pero que no molesten a los demás, sino indicarles la (simbólica) puerta de salida.

Esa misma filosofía aplíquese a la carballeira de San Lourenzo, donde los árboles mueren y caen. No queda otra que averiguar la causa y actuar sobre ella, no sobre el efecto. Si, como dice el presidente de la asociación vecinal, de los árboles jóvenes solo quedan tres o cuatro, seguir plantando por plantar es lo mismo que limpiar la autopista para evitar incendios. Lo cierto es que esa carballeira tan emblemática puede pasar a engrosar el capítulo de los recuerdos.