Dudas sobre el uso ciclista en la rúa do Pombal pero satisfacción con las obras: «Es una maravilla comparada con Concheiros»

m. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Algunos coches superan la velocidad máxima, pero la mayor confusión es para los peatones por la prohibición de caminar por el carril bici

15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El concejal de Obras, Xesús Domínguez, se había comprometido hace unos días a afrontar el arreglo de las aceras de San Clemente, delante del párking, lo que permitiría dar continuidad a la accesibilidad de la zona después de las obras de remodelación de la rúa do Pombal, que este lunes reabrió al tráfico. Este compromiso lo hizo público la concejala Míriam Louzao.

Con la apertura de la rúa Pombal, el tráfico rodado no se hizo esperar. Desde el primer momento, la calle comenzó a llenarse de coches en ambos sentidos de la circulación. A simple vista, algunos lo hicieron a más velocidad de la permitida —está limitada a 30 kilómetros por hora— y algunos coches subieron a la acera de la margen izquierda para descargar maletas y otros enseres.

Aunque la principal infracción observada en la primera mañana de reapertura del Pombal vino del lado de los peatones. Muchos fueron los que pasearon por la acera incorrecta, pese a que los carteles situados junto a los dos pasos de cebra de la calle indican claramente que el peatón debe cruzarla para caminar por el otro lado, el de las viviendas. Carmen, una mujer que caminaba apoyada en un bastón, se sorprendió cuando le indicaron que era un carril bici y que debía ir por el otro lado. Su respuesta fue tajante: «Levo toda a miña vida indo por aquí cara a Alameda, e non vou cambiar agora». Otros peatones, como Manuela y Jonathan, aseguraron no haberse dado cuenta del cartel, porque iban hablando entre ellos, pero aceptaron cambiarse de acera. También Luisa, que iba enfrascada en su conversación por wasap, reconoció que venía por la derecha desde Galeras: «Solo seguí caminado». Una patrulla de la Policía Local que pasaba por allí se detuvo para informar a los peatones.

«Me gusta como quedó»

En general, el resultado de las obras satisface a las personas consultadas. Maximino comentó que se acercó «a ver cómo quedó, y me gusta». Aunque expresó sus dudas sobre la utilidad carril bici: «Es que no hay tanta bicicleta. Habrá que acostumbrarse». Su queja se centra más en «el empeño de ir contra los coches. No se coge el autobús, porque funcionan mal, te dan una vuelta por toda la ciudad. Tardas más que caminando». Evaristo, por su parte, considera que «comparado con Concheiros, donde vivo, esto es una maravilla». Raquel echa en falta «un paso de peatones en la mitad de la calle». Al aclararle que los peatones no pueden ir por la acera de la derecha, reconoce que «entonces es lógico, aunque veremos cuántas bicicletas van por la acera de los peatones». Lucía, que reside en Galeras, apunta que «todo bien, pero deberían rebajar la acera en el paso de peatones. Es solo un centímetro, pero para la gente mayor es mucho, y en silla, peor». Los dos pasos se rebajarán, recalcó Louzao. Anxo Queiruga, presidente de Cogami, asegura que «o ideal é cota cero», pero «irei a velo». Lo más accesible es el diseño de la calzada del carril bici.