El debate interno en el PSOE de Santiago enfría su entrada en un tripartito con BNG y CA

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Bugallo, acompañado de su núcleo duro del pasado gobierno, tras la debacle electoral
Bugallo, acompañado de su núcleo duro del pasado gobierno, tras la debacle electoral PACO RODRÍGUEZ

Los socialistas tienen claro que harán alcaldesa a Goretti Sanmartín, pero no si gobernarán con ella

31 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Goretti Sanmartín será la próxima alcaldesa de Santiago de Compostela. Así lo reiteran PSdeG-PSOE y Compostela Aberta (CA), que confirman su apoyo en el pleno de investidura del 18 de junio mientras descartan, tajantemente, hacer alcalde al popular Borja Verea. Ambos partidos entienden que la ciudadanía habló alto y claro en las urnas el pasado 28M, reclamando un cambio al frente del Pazo de Raxoi pero manteniendo en él a una formación de izquierdas. Mientras la alcaldable nacionalista roza con los dedos el bastón de mando, más dudas hay en que, a pesar de la retirada de Xosé Sánchez Bugallo, los socialistas formen parte de un gobierno liderado por Sanmartín. Mientras esa opción comienza a enfriarse, la de un tripartito les suena descabellada. Consideran que sería su harakiri político en la capital gallega.

Los motivos que podrían desencadenar que el PSOE no forme parte del gobierno son varios. Uno de ellos lo adelantó Sánchez Bugallo, que recordó que en el 2019 Goretti Sanmartín descartó entrar en su ejecutivo a pesar de que le había ofrecido ser la primera teniente de alcalde y concejala de Cultura. La nacionalista se negó porque la aritmética les dejaba con 12 ediles, uno menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta, pero misma cifra que suman actualmente ambas formaciones. ¿Por qué tendrían que aceptar si sus seis concejales tampoco garantizan la gobernabilidad? Esa pregunta martillea en las cabezas de muchos socialistas, que tampoco olvidan los dos últimos años de oposición en Raxoi. Valoran que el BNG obró con deslealtad, dinamitando a Bugallo y bloqueando asuntos claves para la ciudad, como la operación Peleteiro, poniéndose de lado en la regulación de las viviendas turísticas, e incluso tumbando obras de menor envergadura en barrios y rural.

Pero mientras el debate sobre la entrada o no en el gobierno junto a Sanmartín todavía encuentra razonamientos a favor y en contra, la presencia del PSOE en un tripartito se antoja casi imposible. Lo de terminar conformando un ejecutivo con el BNG no sería raro, ya que se ha hecho en otras ocasiones, pero no si en él están los dos ediles de Compostela Aberta. Los socialistas entienden que esa unión de tres no funcionará y que, además de debilitarlos a todos, allanaría el camino para que el PP lograse la mayoría absoluta en el 2027.

Las reuniones

A pesar de todas las dudas y posibles discrepancias, BNG y PSOE se sentarán mañana a hablar por primera vez. La clave, en cambio, no estará en esa reunión, sino en la junta que tiene prevista la Executiva Galega del PSdeG-PSOE para la tarde. Ahí sí será donde se comenzará a perfilar qué decisiones tomará a nivel gallego y en las ciudades. Cabe destacar una cuestión: todos los pactos municipales deben pasar y recibir el visto bueno por parte del máximo órgano del partido.

Y aunque ambos partidos se necesitan en múltiples plazas para poder gobernar, no solo en Santiago, otra opción que está sobre la mesa es que los ediles socialistas formen parte de la oposición y den apoyos puntuales a los nacionalistas en asuntos claves para la ciudad. Algo similar podría plantear Compostela Aberta, que confirma que, aunque tienen prevista la primera reunión con Goretti Sanmartín para el viernes, cualquier pacto tendrá que pasar por su asamblea, que marcará el camino.

Desde CA no descartan su presencia en un gobierno. Si entran, las opciones de que lo haga también el PSOE se reducen todavía más. El «goberno amplo e estable» que quiere Goretti Sanmartín también lo buscó Xosé Sánchez Bugallo en el 2019, pero a la inversa. Falta por saber si esta vez será posible. Difícil, seguro. El tripartito comienza a enfriarse en Compostela.

Dos visiones diferentes del camino a seguir tras la retirada de Sánchez Bugallo

La retirada de Xosé Sánchez Bugallo de la primera línea política ha zarandeado el ecosistema del PSdeG-PSOE compostelano. Los socialistas se encuentran divididos en dos facciones, una que vería con buenos ojos la entrada de los seis ediles en el gobierno junto a Goretti Sanmartín, y otra que no descarta formar parte de la oposición para aprovechar estos cuatro años para regenerar el partido tras más de dos décadas con un mismo referente. Consideran que las urnas han hablado y han demostrado que el PSOE necesita refrescar su discurso para volver a captar a la ciudadanía compostelana.

En medio se encuentra Xoaquín Fernández Leiceaga, recuperado para la política local por Bugallo, y que apunta a hombre fuerte en las negociaciones con el BNG. El noiés formó parte del partido nacionalista hasta que Bugallo lo captó como concejal tras las municipales del 2003. Conocedor de ambas casas, desde el partido socialista reconocen que no está viciado por lo ocurrido entre los dos partidos en los últimos cuatro años, algo que podía generar tiranteces en las negociaciones y que prefieren dejar atrás para no enturbiar el futuro de la ciudad.

Al experimentado político —que comandó el PSdeG-PSOE en O Hórreo y forma parte del Senado— le toca la difícil tarea de navegar entre dos aguas para garantizar el futuro de un partido que ha sido el más votado en la historia democrática de la ciudad gallega.