El firmante aprovecha estos días en los que siempre hay huecos libres para hacer tres cosas: dar un repaso al trastero, leer algo de lo mucho pendiente y ver alguna película. Leo de todo. Narrativa, por desgracia, cada vez menos. Y así, las dos cosas que serán las primeras son un libro y una resolución que salió en el BOE, que no puede haber cosas más distintas.
La resolución lleva fecha de noviembre de este año y está publicada el 3 de diciembre, y es de la Dirección de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Se trata, en concreto, del convenio de contribución con la Unión Europea para la ejecución de la acción
Mujeres, café y clima: empoderamiento femenino para la resiliencia socioecológica de la cadena de valor del café frente al cambio climático en Etiopía, que desde luego es algo fundamental y que trae en vilo y de cabeza a la numerosa población de ese país africano, sumergida como está ahora mismo en una guerra civil.
Quizás ese empoderamiento de la resiliencia junto con el café pueda detener o al menos frenar las bombas, no sé, ojalá que sea así.
Tengo pendiente ver El poder del perro, un wéstern. La revista Historia y vida dice en su crítica que hasta ahora las películas de vaqueros estaban marcadas «por una idea muy tóxica de la masculinidad». Y añade que uno de los personajes es «demasiado femenino para encajar dentro del modelo de masculinidad dominante». Eso sí me interesa, porque, para serles sincero, ya me parecía a mí que los vaqueros eran rudos y machotes, y John Wayne apretándose contra los pechos de Maureen O'Hara no representaba más que una escena de dominación muy tóxica. No me negarán que lo voy a pasar realmente bien. Ya les contaré.