El despliegue de la fibra óptica en la zona vieja suma otras 9 calles

m. o. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Los expertos en patrimonio validan el plan lumínico ornamental

13 ene 2021 . Actualizado a las 13:09 h.

La instalación de la tan demanda fibra óptica en el casco viejo sigue adelante y las autorizaciones para su extensión ya han llegado a la sexta fase, que incluye otra decena de calles, ya sea para una intervención total o parcial. Se trata, en este caso, de las rúas As Rodas, Entremuros, Algalia de Abaixo, San Fiz de Solovio, Travesa da Universidade, Ameas y los quinteros que conforman las calles O Castro, plaza de San Fiz y ruela de Altamira; la rúa Preguntoiro, plaza de la Pescadería Vella y la rúa y ruela de Altamira; y las calles Ameas y Altamira. El proyecto incluye cobertura suficiente para atender todos los posibles usuarios del ámbito y evitar así la necesidad de futuras ampliaciones, por lo que la empresa incorpora un nuevo diseño de la red de distribución que incide en la reducción del número de cajas a instalar y de cables y de fusiones.

La licencia para intervenir en esas calles ha de pasar todavía por la Xunta de Goberno, pero la actuación para el despliegue de la red FTTH Orange / Jazztel cuenta ya con el visto bueno de la Comisión Asesora do Casco Histórico, que se reunió ayer y que también otorgó su plácet al sistema de alumbrado ornamental para la conservación del patrimonio (Biolumen) que está desarrollando Televés, en colaboración con la USC y Ferrovial, para el casco histórico. Dicho sistema se probará en la fachada de la Casa do Cabido.

Incluido en el programa Smartiago, el Concello busca a través de esa experiencia piloto una solución para el alumbrado ornamental del casco histórico que, a través de la tecnología led, permita mejorar la iluminación de la zona, pero también inhibir el crecimiento de microorganismos en el patrimonio monumental.

El objetivo, según Raxoi, es situar a la ciudad en la vanguardia de la eficiencia en cuanto a iluminación pública ornamental sin renunciar a «unha idónea integración arquitectónica nun entorno patrimonio da humanidade», así como promover la sostenibilidad ambiental ligada a la fabricación y gestión de la iluminación bajo un modelo de economía circular y reducir los gastos de conservación del patrimonio.

Se espera que ese sistema permita aligerar hasta un 80 % el coste anual de electricidad de la iluminación pública ornamental y ahorrar el 20 % en conservación, mantenimiento y restauración de fachadas.