«Apuesto por las compras responsables»

m. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

27 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace días que los comerciantes vienen notando que sus clientes frenaron sus compras, supuestamente a la espera de las rebajas que implica el Black Friday y que se anuncia con llamativos carteles en la gran mayoría de los escaparates. Este año, la fiebre por el viernes negro llega incluso a la venta de pisos y coches. Sin embargo, en medio de esta locura consumista surgen iniciativas como la de la tienda de ropa Escaravello, en O Milladoiro (Ames), que tomó la decisión de desmarcarse este año de la campaña. «Reconozco que otros años participé, pero este, con lo que estamos pasando, creo que no es una opción», apunta Rosana Vázquez Iglesias.

Su arriesgada decisión ha tenido una buena respuesta de sus clientes, asegura, tras superar la sorpresa inicial.

Señala que, en los días previos, «los clientes me preguntaban por las rebajas, pero fui avisando y después lo puse en Instagram. Hasta recibí mensajes de apoyo». Rosana reconoce que se nota que las personas compran mucho menos en las semanas previas y posteriores a la del Black Friday, «porque guardan para ese día, que aquí lo ampliamos a una semana, y a este paso será un mes entero».

Llamada de atención

Con su rechazo a las rebajas de la campaña importada de Estados Unidos, Rosana quiere alertar de los riesgos del consumismo desenfrenado. «Prefiero que la gente compre la ropa porque le gusta, y que vuelva. Este tipo de campañas agresivas va contra nosotros mismos. Acabará con el comercio. Aunque algunos clientes lo piden, yo me revelo contra el consumismo, y prefiero apostar por el consumo responsable». Pese a que no se verán carteles del viernes negro en su escaparate, la comerciante tendrá un «detalle» con los clientes más fieles de Escaravello. «Les enviaré un mensaje para que sepan que el viernes tendrán un descuento. Quiero hacerlo como guiño a los clientes que vienen todo el año», apunta. Rosana está segura de que este tipo de campañas solo favorecen a los más grandes. «Los pequeños comerciantes vamos detrás, cuando en realidad es un error. Nuestros márgenes de beneficio no permiten competir con los grandes, así que es mejor diferenciarse. Hay que apostar en calidad y ser responsable», defiende la comerciante.