Tres versiones para el curso en la USC

Montse García Iglesias
Montse garcía SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La institución académica diseñó directrices para escenarios de normalidad adaptada, distanciamiento y confinamiento en función de la situación sanitaria

18 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo va a ser el próximo curso universitario? A falta de más de dos meses y medio para la reanudación de la actividad, el 21 de septiembre, desde la Universidade de Santiago plantean tres posibles respuestas a expensas de la situación sanitaria: normalidad adaptada, distanciamiento y cierre de instalaciones. «A dificultade fundamental é a incerteza xa que a situación pode ser moi cambiante e van ser os condicionantes sanitarios os que marquen o curso. Como vai ser? Agora non hai unha resposta e o que estamos é preparados para calquera escenario», aseguró la vicerrectora de Titulacións, María José López Couso. Con la apuesta por la docencia presencial como principal bandera, así como la flexibilidad para que cada centro se adapte dependiendo de sus características y planes de estudios, la Comisión para a Planificación Docente ha fijado las pautas básicas para cada uno de los tres contextos en el documento Directrices para o desenvolvemento dunha docencia presencial segura.

Normalidad adaptada. El escenario se caracteriza por la convivencia de ciertas medidas de prevención, de autoprotección de la población y de mantenimiento de restricciones que afecten a eventos de cierta afluencia. En este caso, la docencia expositiva e interactiva será fundamentalmente de carácter presencial. Se podrá combinar con la virtual hasta un máximo de un 10 % de las horas totales por asignatura. «É para casos moi puntuais», asegura María José López, como el de un profesor que tiene que desplazarse para un congreso y no puede impartirla presencialmente. Así, indica que en una asignatura de seis créditos, «poderían impartirse en remoto 4-5 horas». Las tutorías podrán realizarse parcialmente de manera virtual. La modalidad preferente para la realización de las prácticas será la presencial, recomendando realizar rotaciones cortas en los grupos. Las pruebas finales serán de carácter presencial.

Distanciamiento. En este escenario se aplicarán medidas de protección activas, incluyendo control de acceso y aforo. En este caso, la docencia presencial convivirá con la virtual. Los horarios deberán mantenerse independientemente de la opción elegida. El documento base establece que se deberán prever una rotación más corta en los grupos de prácticas y anticipar los contenidos esenciales para evitar los efectos de un posible confinamiento. Las pruebas finales, en caso de haberlas en la asignatura, serían preferentemente de carácter telemático.

Cierre de instalaciones. Se produciría en caso de que se disponga un nuevo confinamiento de la población. La docencia sería completamente virtual, eso sí, manteniendo todos los horarios, y no existirán pruebas finales presenciales, siendo solo las de carácter telemático, al igual que las tutorías. Las prácticas también deberán ser adaptadas para que se puedan desarrollar de manera completamente on line. Este escenario sería semejante al del cuatrimestre final del curso 2019/2020.

Una vez publicadas estas directrices generales, cada centro «deberá establecer as medidas específicas para cada un dos tres escenarios. Cada un terá que aplicalas ás súas especificidades atendendo ao número de estudantes, espazo físico e á propia titulación», explica la vicerrectora. En las directrices se incluyen ejemplos de modelos tanto en titulaciones de áreas ligadas a las Artes, Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, como a las de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura. Algunas de las propuestas apuestan por combinar en semanas alternas las clases presenciales y virtuales, así como reajustes en las prácticas, que pueden afectar tanto a la duración como a los integrantes por grupo. «Pensamos que era imprescindible ser flexible para adaptar as actividades universitarias aos distintos escenarios, pero tamén atender ás diferenzas entre titulacións. Os centros máis experimentais teñen unhas necesidades e problemáticas, por exemplo, as prácticas en laboratorio, que non teñen as outras; tamén varía o número de estudantes...», añade López, que indica que son optimistas, «pero hai que prever os distintos escenarios».