Ensanche

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

10 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En mi sesión de peluquería urgente, la conversación con Javier, el artista de la tijera, deriva, como era previsible, hacia los problemas del Ensanche: calles que están sufriendo una dura decadencia en su actividad económica, con una progresión alarmante de locales cerrados (Alfredo Brañas es un ejemplo); las reurbanizaciones para fomentar el uso peatonal están bien pero hay que dar alternativas de aparcamiento a los conductores; la carestía insoportable de los párkings públicos de la zona; a ver cuándo sale adelante la operación inmobiliaria del antiguo colegio Peleteiro, que daba tanda vida al Ensanche... ¿Suena extraño todo esto? Claro que no, y menos aún si, como Javier, usted tiene establecimiento abierto o es vecino del Ensanche. Pero yo, cuando pongo mi pelambrera en sus manos, no lo hago en su local de Montero Ríos, sino en el de El Corte Inglés, por pura comodidad: párking gratuito, facilidad de compra... resolución rápida y satisfactoria. Lo hago no sin cierto remordimiento y con una pizca de cabrero por no tener facilidades para integrar mi apurada vida en la cotidianidad del Ensanche, ese barrio que no lo es, como reconocía en La Voz uno de sus máximos valedores, el referente del movimiento vecinal Xaquín Mato. El Ensanche no puede esperar. Y el momento es oportuno si realmente los políticos locales quieren tomárselo en serio. El próximo mandato municipal tiene que ser el de una nueva vitalidad para este corazón de la ciudad. Para ello, el plan estratégico que ha presentado el presidente de la Fundación Santiago Centro, José María Fernández, es una excelente hoja de ruta para actuar en todos los frentes. Gobierne quien gobierne, deberán hacerlo suyo.