El mercado

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay mejor lugar para crear un gran centro gastronómico en Santiago que la Praza de Abastos. Ahí confluyen una excelente tradición de distribución al por menor de productos frescos de proximidad, el entorno monumental que arrasa entre los turistas manteniendo al mismo tiempo el encanto tradicional que siempre han valorado los compostelanos, y un más que incipiente arraigo de la restauración gallega puntera. Marcos Cerqueiro y Iago Pazos fueron los visionarios que abrieron el camino, que no ha hecho más que ampliarse, con aquella fórmula, entonces insólita en Santiago, de tú compras y yo te cocino. Y, en breve, la incorporación de Lucía Freitas y Pepe Solla, este en el local de otro clásico que cierra, el café La Radio, será el espaldarazo definitivo de la calidad gastronómica, sea cual sea la fórmula que adopten sus cocinas y sus mesas, que estarán siempre bien servidas. La avalancha de turistas en las naves de la Praza, donde se fotografía más que se compra, no ha minado hasta ahora la íntima querencia de los compostelanos por abastecerse en su mercado tradicional, y esta acelerada evolución hacia su aprovechamiento gastronómico no debe interferir porque, si lo hiciese, sería el principio del fin de uno de los grandes atractivos de la ciudad histórica. Sería la quintaesencia de la decadencia de la Compostela monumental, la perversión de uno de sus mejores fundamentos. La reutilización de la nave 5 con usos gastronómicos limitados sirve para potenciar los valores del mercado, y la apertura de restaurantes de los número uno de nuestra cocina en su entorno es su confirmación como templo del producto de calidad, si no lo hacen pensando en los turistas. No solo en ellos.