Consumir con menos residuos

Joel Gómez SIN INTENCIÓN

SANTIAGO

23 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

n Santiago aumentan quienes llevan bolsas para la compra, tras la norma que obliga a cobrarlas. Incluso envases para la carne o el pescado, que antes se veían menos. También se observa dinamismo en torno a los composteros comunitarios colocados en algunas zonas. Parece en auge la tendencia a avanzar hacia la reducción de los residuos.

Desde finales del siglo pasado el movimiento ecologista advierte que ese es uno de los problemas ambientales de mayor envergadura. Por diferentes vías han intentando promocionar las famosas «3R»: Reducir, Reciclar, Reutilizar. Incluso hay algún libro específico importante, como el ya clásico Os Resíduos na Galiza: impacto ambiental e alternativas de tratamento, de Ramón Varela, Xesús Pereiras y Manuel Soto. Sus documentadas páginas alertaban del problema de los residuos sólidos urbanos, entre otros.

Hay que reconocer que no se hizo todo el caso que merecían a las recomendaciones del colectivo naturalista sobre este asunto. Y ahí están las consecuencias, como esas imágenes sobre el mar lleno de plásticos; o esta normativa reciente de cobrar las bolsas, como ejemplos recientes.

Es complejo cambiar hábitos de consumo. Se necesita además infraestructura para facilitar la separación de los residuos en origen, y saber convencer del interés en hacerlo. Son de esperar avances al respecto en el nuevo contrato municipal de recogida y gestión de residuos urbanos. Pero influye asimismo mucho la voluntad y el esfuerzo personal. Y por el beneficio social de hacerlo vale la pena adherirse a la causa.

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