Muchos velos

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

31 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Escribo estas líneas en un aeropuerto. No veo muchos velos, pero sí demasiados. Demasiadas mujeres musulmanas con el hiyad en la cabeza demostrando que aún creen en la teocracia y en la sumisión al hombre. No voy a decir que sean mayoría y que ahora mismo constituyan un peligro ni nada de eso. En julio del 2018 no lo creo. Y líbreme Dios de que se les ponga impedimentos para ir así en un avión. O sí hay que ponérselos. Porque, ¿por qué a mí en el control de seguridad me ordenan que me quite el buf por si llevo algo escondido ahí -¡ya hay que tener mente retorcida, y no precisamente la mía!- y a ellas no les piden que se quiten el velo? Líbreme Dios también de atentar contra su religión, ese opio del pueblo en palabras de Marx y en cuyo nombre se han matado cientos de millones de personas. Allá cada cual en lo que cree. Como si no cree en nada.

Porque esto no va de religión. Va de civilización. Llevamos siglos luchando por la igualdad jurídica de hombres y mujeres y ahora aceptamos con una suicida sonrisa multicultural la opresión -¡en plena Europa!- de millones de mujeres que no solo tienen que estar sometidas a su dios y a su marido en sus casas -tema privado en el que no entro- sino que se pasean por el control de seguridad de un aeropuerto demostrándonoslo satisfechas. ¿Se dijo algo de esto en la pasada huelga del 8 de Marzo? Ni una palabra, hasta donde yo sé. Porque el gran problema no es la supuesta desigualdad salarial, sino los hombres que tienen una bota encima de las mujeres. Pero de esto no se dijo ni una sola palabra.

Tenía razón un gran periodista y amigo que siempre defendió la inevitabilidad de la llegada de inmigrantes: nos van a comer por los pies.