Sin filtro

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña EL MIRADOR

SANTIAGO

02 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

L a Policía Local de Santiago corrobora lo que ya todos sabíamos: que la mayoría de los atropellos que se producen en las calles se deben a despistes por ir mirando el móvil; unas veces el conductor, y otras, el peatón. Hay vídeos realmente graciosos sobre accidentes más que merecidos por esa causa, como uno que tuvo lugar el verano pasado en una localidad china; la calzada se agrieta por la erosión generada por el agua en el subsuelo y un motorista que iba mirando el teléfono no se percata del agujero que se abre delante de sus narices y cae dentro. Otros no son tan simpáticos, como el de una joven americana que perdió un ojo tras sufrir un accidente por ir mirando el móvil. Caminamos como zombis y ya las autoridades están empezando a tomar medidas ante tanta estupidez. En Honolulú se multa con 85 euros a quien cruza la calle con la vista puesta en el teléfono, y en Australia crearon un dispositivo que avisa con luces de colores si al caminar por un paso de cebra mientras se mira la pantalla llega de frente un vehículo. Sustituirán las señales lumínicas por las sonoras, seguro, porque las primeras dejarán de ser perceptibles por el ensimismamiento generalizado ante la realidad virtual. No tardará en darse el caso de que en cualquier calle de Santiago un conductor que va mirando el dispositivo portátil atropelle a un peatón pendiente también del móvil, y que de todo ello sea testigo un policía que lo ve a través de las pantallas que le devuelven las imágenes de las cámaras colocadas en el exterior.

¿Y qué tal si probásemos a mirarnos a los ojos sin filtros? Como en las imágenes iniciales de Black mirror, cuando se agrieta la pantalla. Sensación fuerte donde las haya.