No hay sorpresas: el gobierno de Noriega, erre que erre, tiene en marcha la municipalización de la grúa y la ORA, y con fecha para consumar el rescate de estos mal llamados servicios municipales, el pleno del 15 de marzo. Compostela Aberta llegará a las elecciones locales del 2019 con una presa, una sola presa y de caza menor, en su zurrón de municipalizaciones. La presentará al electorado como prueba de que se puede cortar el paso a las políticas neoliberales alentadas durante tantos años desde el poder. Ya se sabe, es una presa del todo imprevista, le saltó al paso al gobierno gracias a una resolución judicial que falló contra la concesión a Setex Aparki. Los objetivos de CA eran mucho más ambiciosos, pero la realidad es la que es, y a falta de pan buenas son tortas. Falta saber qué pasará a medio plazo, porque se prevé recorrido judicial en este asunto toda vez que el fallo otorgaba a la segunda aspirante en el concurso invalidado, Doal, los derechos como adjudicataria de ORA y grúa, derechos que el gobierno local considera que esta empresa del grupo Vendex no desea asumir. O sea, que pudiera ocurrir que la torta se convierta a la larga en tortazo. De momento, tortazo para los sufridos conductores, que ven cómo se disipa cualquier posibilidad de que las zonas azules de pago desaparezcan de la piel asfáltica de Compostela, como ocurrió en Lugo, para ser sustituidas por un sistema de rotación de aparcamiento gratuito. El gobierno de CA tendrá su presa, que será impopular aunque con la gestión directa pueda manejar resortes para modularla. También los maneja para las multas de los fotorrojos y no ha hecho otra cosa que instalar más y más aparatitos sancionadores.