Otros tiempos

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las fechas simbólicas siempre atraen. No es que vayan a decir nada nuevo ni a cambiar nada, y es igual 50 años que 37. Lo que sucedió, sucedió, pero quizás ayuden a recordar algo que tiene relevancia para un ciudadano o para determinado grupo social. Y en cualquier caso, resulta evidente que ayudan a no olvidar.

Se cumplieron estos días los 31 años de la agresión al exalcalde socialista de Negreira Manuel López Tuñas. No está de más rememorar los hechos: en un pleno en el que salió adelante una traicionera moción de censura (¿alguna no lo es?) hizo unas declaraciones en las que un vecino se sintió aludido y este lo lanzó escaleras abajo. La desaparecida AP -cuya agrupación local era un nido de caciques con un fortísimo aroma franquista- no justificó (nada de condenar, por supuesto) tal agresión aunque matizó que las manifestaciones del alcalde eran «calumniosas».

Por supuesto que hoy sería distinto. Por suerte existe más conciencia cívica y un ataque de ese estilo sería repudiado urbi et orbi. Pero no procede dejar en el olvido que antes las cosas eran distintas, en estos momentos en que populismos varios y golpistas camuflados de nacionalistas (seamos justos, algunos aseguran ahora que se arrepienten mucho y que se vive muy mal entre rejas) quieren poner todo patas para arriba. En los años en que la democracia no estaba del todo asentada había personas en las pequeñas villas que se jugaban la vida por defender la libertad. Empezando por esa libertad de expresión que soliviantaba a muchos. A los de siempre, claro.

Postdata: López Tuñas ganó las elecciones y volvió a la alcaldía. Y Negreira ganó el mejor regidor de su historia.