Promesas

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es cierto que el papel lo aguanta todo -aunque hay papeles y papeles, todo hay que decirlo-, y también que la hemeroteca le puede sacar los colores a más de uno. Con frecuencia así ocurre. Proyectos. Promesas. Incumplimientos. Esto es lo que va a arreciar desde todo tipo de instancias administrativas, con un enfoque local, desde ahora mismo, sin darnos el respiro de esperar siquiera a la precampaña electoral de las municipales, para las que faltan nada más y nada menos que dieciséis meses. Hay directores generales del Gobierno central, especialmente de los ministerios de los que depende la obra pública, que, si no fuera porque su nómina ya es suficientemente abultada, estarían en su derecho de cobrar horas extras, y es que no van a dar abasto recibiendo a alcaldes con seductoras iniciativas que vender a sus descreídos vecinos. ¡A ver, que pase el siguiente, y ya sabe, tiene cinco minutos justos, ni uno más!, vociferará el jefe de gabinete en dirección a la cola de regidores -en su mayor parte correligionarios políticos del ministro- citados en tandas de veinticuatro para ventilar dos docenas de ayuntamientos en dos horas cada día. Para darle un toque de credibilidad, el alcalde irá con un bonito anteproyecto encargado -y pagado, claro, pero no de su bolsillo-, y de vuelta a su feudo anunciará sonriente que esa obra, tan necesaria para los vecinos, es verdad, oiga, se va a hacer sin duda. ¿Cuándo? Vaya a usted a saber. Lo que hay que decir es que el ministro, el conselleiro, el presidente de la Diputación... lo ve muy necesario y será una prioridad. Suficiente para colgarse la medalla de papel ahora y pasar en el futuro a la hemeroteca de las promesas fallidas.