Allá por 1990 el Museo del Prado organizó una gran exposición sobre Velázquez. Expertos, entendidos, ignorantes, amantes del arte, ciudadanos que querían ser muy cool, curiosos y excursionistas de fin de semana formaron colas cuya longitud quedó inmortalizada en las fotos publicadas en todos los periódicos de España. Hace un decenio, el 02 Arena de Londres albergó una muestra sobre Tutankamon, con gran alegría de las compañías aéreas porque sus aviones fueron llenos a la capital británica durante una buena temporada, también desde Galicia.
Ahora mismo, y hasta marzo, tres edificios de Ourense albergan una excelente exposición sobre los suevos, ese pueblo catalogado como bárbaro que en el siglo V creó de la nada un potente reino -el primer reino cristiano de Europa- con la Gallaecia como centro y Tui, Lugo y Braga como sus iconos. La exposición acoge 250 piezas llegadas de Polonia o Austria, con unos calderos de perfección infinita y unos collares de oro de elegancia máxima que no dejan indiferente. Una propuesta de ocio y cultural única que será difícil -¿imposible?- volver a ver en lugar alguno.
¿Su problema? Que no está en Madrid ni en Londres. Está en la pequeña capital de una provincia de interior y despoblada, y, quizás, los organizadores no dispondrán del dinero suficiente para promocionarla por el mundo adelante. Pero los compostelanos y vecinos inmediatos tenemos la gran suerte de estar a 37 minutos en tren de Ourense. O sea, se puede ir a primera hora de la mañana y estar de vuelta para comer o merendar. ¿A qué esperamos? ¿A que un día la organice el Museo del Prado e ir a Madrid porque eso sí que es guay?