El clima

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez CON BISTURÍ

SANTIAGO

20 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El primo de Rajoy dudaba del cambio climático. Y cuando llegó la crisis pasó de ser una prioridad, a un capricho de ecologistas sin problemas reales. En Galicia ya casi no llueve con fundamento. En verano las inundaciones grabadas en Ourense recordaron a las que habitualmente vive Andalucía. El veranillo de San Miguel ha resultado dramático. En la provincia ourensana las cosechas sufren un auténtico drama. Temperaturas extremas, sequía durante meses y lluvias torrenciales que acaban con cualquier cultivo. Animales que se quedan sin pasto.

Ya no hay estaciones. Hace muchos años que no hay estaciones. Las recuerdan los abuelos, nosotros prácticamente no. Pero sigue habiendo quien niega el cambio climático, y quienes no lo hacen no toman medidas.

Estos días, con cuatro muertos en nuestras cabezas, han empezado a oírse voces sensatas que arremeten contra el uso político y demagógico de los incendios forestales. Imploran cambios que se adapten a la realidad, a la Galicia que tenemos. Dispositivos preparados para afrontar los fuegos en las épocas de sequía y calor, que ni empiezan el 21 de junio, ni acaban el 23 de septiembre. Ni los gallegos tenemos tendencia a los incendios forestales, como sugirió en su momento una ministra socialista, ni nos da por justificar a los pirómanos.

Sí tenemos problemas propios, como el minufundismo, el abandono del rural y un vasto territorio verde que otras comunidades quisieran. El monte que no existe no arde, y nosotros lo tenemos. Ya no queremos oír que la culpa de los incendios es del gobierno del PP, del bipartito o del tripartito del 87.