Outono

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre las consecuencias de polarizar a la sociedad con mentiras canallescas y dividir a la ciudadanía en buenos o malos, como hace la Generalitat, figura que tal espectáculo tapa otras cosas. Problemas y oportunidades. Pero la vida diaria se ve cada vez más lastrada por el problema que los partidarios del golpe de Estado estilo tercermundista han creado.

Si nos ponemos a pensar veremos que hace tiempo que no hablamos de esto, que hemos aplazado aquello, que los mayores dicen que Inserso sí pero allí no sin que debatamos sobre el cuestionable servicio de algunas agencias y hoteles que participan en el programa, aquí y en Murcia.

En ese maremagno al que nos quieren llevar los Puigdemont, Junqueras, Rufián y demás rufianes ha pasado desapercibido el Outono Gastronómico, un clásico que vuelve por décimo primera vez. Una de las primeras experiencias de asentado éxito -tampoco exitazo, sin pasarse- que se han llevado a cabo en Galicia: 89 establecimientos de turismo rural son los escenarios.

Dos son las claves de esa buena marcha: la primera es la constancia de antes Turgalicia y ahora Axencia Galega de Turismo en insistir, insistir e insistir. La segunda, el que se trata de una iniciativa bonita, blanda, que entra en las casas sonriendo. Gastronomía gallega tradicional y gastronomía gallega de vanguardia por un precio asequible: 30 euros por persona (entrante, dos platos y postre, más vino con denominación de origen gallego).

Hasta el 17 de diciembre, y los fines de semana, el Outono Gastronómico se convierte en una cita para toda Galicia. No dejemos que los catalanes fanáticos (que son minoría) nos la arruinen metiéndola en el cajón del olvido.