Ricardinho, de las naranjas al cabrito

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

El mejor jugador del mundo visita Sar este viernes con el Inter

20 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchos los alicientes del encuentro que enfrentará este viernes en Sar al Santiago Futsal y al Inter Movistar, a partir de las 20.45 horas. Entre ellos, la presencia de Pola y Rafael en el equipo visitante, otrora exponentes del conjunto compostelano. Uno es el primer internacional modelado en la factoría de Sar, ahora pieza maestra en el engranaje verde. Lo mismo que su compañero, uno de los jugadores más completos del universo. Pero, sin duda, los focos estarán puestos en Ricardinho. Nadie le gana en áreas como el talento y el espectáculo. A finales de abril fue distinguido como el mejor del mundo, por cuarta vez en su carrera.

El internacional portugués no tuvo un camino fácil hasta llegar a la élite, tal y como él mismo explica en una entrevista concedida al semanario luso Sábado. Nació en el seno de una familia humilde, de niño tuvo que cambiar de barrio después de que se incendiase la vivienda en que residían. Su sueño era el de jugar en el Oporto, de fútbol once, pero lo descartaron por bajo (mide 1,65 metros). En el fútbol sala encontró su hábitat. Recuerda su primer salario, cien euros. Cuando pasó a setecientos ya le parecía un gran avance. Y cuando firmó por el Benfica por 2.150 euros al mes... Aquello ya eran palabras mayores. Hace poco más de un año, el diario Record se hacía eco en una información de una oferta desde Croacia que le reportaría 50.000 euros al mes, el doble de la cantidad que percibía en aquel momento, según el rotativo luso.

Ricardinho rememoraba cómo de niño jugaba con naranjas o cualquier objeto redondo que se le pusiese por delante. Fintaba las sillas, chutaba contra las paredes, llegó a romper una cama... También recordaba los partidos en la calle, sobre el asfalto, que se paraban para que pudiesen pasar los coches.

Crecer en circunstancias adversas obliga a agudizar el ingenio y exprimir las habilidades. Hoy en día, cualquiera que entre en Youtube y consulte los goles del internacional luso se quedará prendado con sus maniobras. Las más conocidas son la del cabrito (eleva el balón con las dos piernas para regatear o hacer gol, incluso de espaldas a portería) o el AK-3000, en la que se zafa de su marcador con un sombrero, después de amagar el dribling hacia un lado para elevar el esférico por encima de la cabeza del adversario.

Tal es su nivel que el tanto de rabona anotado hace un par de semanas en la Supercopa se queda en un segundo escalón.

De momento, el inminente inicio de Liga y la presencia del astro luso están propiciando un notable incremento en la presencia de aficionados en las oficinas del Santiago Futsal para abonarse.