UGT y CC.OO., por un lado, y la CIG, por otro, apenas juntaron unas 500 personas cada uno
02 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Compostela suele ser fiel a sus tradiciones. Y una de ellas es cumplir con el Primero de Mayo sin grandes alardes. Así ha sido siempre, dada su escasa tradición fabril e industrial. El foco apunta siempre a las grandes movilizaciones centrales, en Vigo y A Coruña. Y las dos manifestaciones de Compostela, la convocada por UGT y CC.OO., de un lado, y por la CIG, de otro, apenas congregaron cada una a medio millar de personas. La primera partió de A Alameda, y lo más trascendente fue la presencia del portavoz del PSdeG en el Parlamento gallego, Xoaquín Fernández Leiceaga, y de la diputada socialista Pilar Cancela
Ambos coincidieron en reclamar mejores condiciones laborales, con mayor estabilidad y un empleo de calidad y han aludido a los recientes datos de la EPA, peores en Galicia en comparación con el resto de España. «Faise necesario mudar o rumbo da nosa política económica», sugirió Leiceaga.
No muy lejos de allí, en A Praza Roxa, la CIG juntaba a unos centenares de personas para reivindicar el día de la clase trabajadora, pero en clave nacionalista y diferenciada. A la manifestación acudieron Néstor Rego, Goretti Sanmartín y Rubén Cela, los tres miembros de la ejecutiva del BNG, y también Marcos Maceira, presidente de la Mesa pola Normalización Linguística. «Hai que loitar na rúa polos dereitos laborais, pola xustiza social e por unha Galiza con capacidade de producir e de decidir», remarcó Cela. La CIG ha vuelto a evidenciar su distanciamiento del resto de centrales para pedir un marco de relaciones laborales propio para Galicia.
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