Patrimonio

Montse García Iglesias
Montse García AL TRASLUZ

SANTIAGO

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Acostumbrados a ver arte en museos o elementos del patrimonio en espacios que cuentan con protección, el mensaje de no tocar y no hacer fotos ya ni nos llama la atención. Esto, en ocasiones, provoca que nos acerquemos a estas piezas o emplazamientos manteniendo cierta distancia. Sorprende cuando, por ejemplo, en algunas ciudades te dan la oportunidad de sentarte sobre un pedazo de un capitel románico en un parque. ¿Cómo me voy a tomar un descanso sobre esta pieza? ¿Y si se deteriora? El resultado es que te acercas con miedo y se nota claramente que eres el guiri de turno, porque los lugareños ni se lo piensan un segundo. ¿Pero qué pasa con todo el patrimonio que está abandonado -por desconocimiento o, en ocasiones, simplemente por desidia- y nadie mira por él? Este verano eran los miembros del colectivo A Rula los que levantaron la voz de alarma cuando un incendio causó daños en petroglifos de Villestro. Nunca nadie puso sobre ellos ese cartel de no tocar. Años atrás fue otra iniciativa vecinal, la de la Asociación Cultural Rocha Forte, la que estuvo detrás de la puesta en valor y la recuperación del castillo del mismo nombre, que ayer fue protagonista de una jornada en el Consello da Cultura Galega. Un encuentro en el que no faltaron palabras para destacar el papel del colectivo. Son iniciativas ciudadanas las que reclaman a las administraciones actuaciones sobre el patrimonio. No son los únicos ejemplos. La pena es que este esfuerzo y entusiasmo vecinal, en ocasiones, no tenga el mismo nivel de respuesta en las administraciones y siga sin aprovecharse el potencial de este patrimonio.