El buen tiempo y el fin de semana animan el San Roque

Natalia Rodríguez Noguerol
n. Noguerol MELIDE / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

La afluencia de gente marcó el inicio de los festejos, que siguen hoy y mañana

18 ago 2014 . Actualizado a las 14:49 h.

Las orquestas Player?s y Pasarela zumbaron hasta bien entrada la madrugada de ayer en Melide. A la 05.30 horas sonaban los últimos temas en el cantón de San Roque, que se llenó hasta la bandera para echar los primeros bailes de los festejos por excelencia de la localidad. Pillar sitio en una de las terrazas que disponen las cafeterías del centro urbano fue, por momentos, misión imposible. La verbena era la del día grande de las principales fiestas que se celebran en la localidad, las de San Roque, y no se necesitó a la solicitada Panorama para estar a la altura de las circunstancias. Ahí estaban vecinos, visitantes y veraneantes -melidenses en el País Vasco, Barcelona, Madrid y Suiza, sobre todo-, para poner toda la carne en el asador.

Y tanta pusieron que dejaron sin sentido ese dicho que reza que «pasado el día, pasada la romería». El trasnochar hasta horas intempestivas no paralizó en absoluto el domingo. Habitualmente, al coincidir con el mercadillo, es un día de mucha gente. Y el de ayer, con las fiestas encima y con el sol comportándose como no lo hizo durante la primera quincena del mes, de muchísima más. Dos termómetros, el tráfico rodado y la zona de vinos. Circular en coche por el casco urbano fue una locura toda la mañana. La Policía Local, que trabaja bajo mínimos, no daba abasto. Y las dos calles del casco viejo que concentran los bares y las tabernas, un hervidero de gente a medida que avanzaba el mediodía.

Llegadas las tres de la tarde, mientras los vendedores ambulantes plegaban sus puestos, quienes disponen de tiempo para el paseo y disfrute todavía estiraban las últimas rondas antes de ir a comer. Los reencuentros familiares es lo que mejor sabor de boca dejan las fiestas de San Roque, motivo de reunión gastronómica con sobremesas que se prologan hasta bien entrada la tarde. Muchas casas recobran la vida perdida durante el resto del año y ayer también el área recreativa de Furelos. El programa de los festejos invitaba a celebrar el Día do Río y los vecinos no dudaron en recoger el guante. Allí se plantaron a comer de campo. Una charanga y un dúo musical pusieron la nota festiva en la concurrida playa fluvial.

Animado estuvo también a media tarde el recorrido de los alumnos del conservatorio, que organizados por instrumentos, pusieron música en nueve plazas y calles emblemáticas del casco antiguo de Melide, donde se escucharon guitarras, violonchelos y acordeones. Con la noche ya encima, los vecinos arroparon a la banda de música de Merza en el pasacalles que, tras el concierto en la plaza de O Convento, anuncia cada noche el comienzo de la verbena. Solo tocó una orquesta: la Capitol. Y es que no había sitio para más. Porque, después del primer pase, le tocó salir al escenario a El Arrebato. El sevillano hizo parada en la localidad dentro de la gira de presentación de su último disco. Otra noche más, el cantón de San Roque se puso hasta la bandera. Y aún quedan dos jornadas más de fiesta: la de hoy y la de mañana.

Crónica Melide en fiestas