Declaran nulo un despido de Clece en Conxo, y otros dos son improcedentes

m.m. Santiago / la voz

SANTIAGO

14 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La justicia le ha dado la razón a las tres trabajadoras del centro de educación infantil de Conxo que fueron despedidas cuando la empresa Clece asumió la gestión del centro en sustitución de Sermasa tras ganar el concurso convocado por el Concello. La nueva firma comenzó a prestar el servicio en octubre del pasado año y fue entonces cuando prescindió de los servicios de la directora y dos trabajadoras más. Estas tres trabajadoras optaron por denunciar a la empresa y poner sus casos en manos de los servicios jurídicos de UGT.

Una de ellas estaba embaraza en aquel momento, por lo que la sentencia considera su despido como nulo al entender que se vulneró un derecho fundamental. Al tratarse de un despido nulo, la empresa está obligada a readmitir a la trabajadora y también tendrá que abonar los salarios de tramitación desde el despido hasta la incorporación al trabajo.

Las otras dos trabajadores también le han ganado la batalla judicial a la empresa, ya que la sentencia considera que el despido es improcedente y reconoce que Clece tendría que haberlas asumido como trabajadoras propias al producirse el cambio de empresa gestora.

Manuel Alonso, de UGT, mostró su satisfacción por las sentencias «que veñen a dar a razón as traballadoras» y reconoce que tendrían que haber sido subrogados sus contratos. Destacó que la sentencia de nulidad era «evidente», ya que se trataba de una «vulneración clara de dereitos fundamentais» y, en los casos de improcedentes, «dende a reforma laboral, a lei protexe ao infractor; polo que queda na man da empresa readmitir o indemnizar».

Alonso cree que la directora será readmitida debido al alto coste de indemnización, mientras que la otra técnica, que solo tenía un año de antigüedad y una jornada reducida, será indemnizada.

Dos centros de trabajo

Clece gestiona las guarderías de Conxo y Fontiñas desde octubre del 2013 y, al poco tiempo, despidió a seis trabajadoras, tres en cada centro. Solo las de Conxo recurrieron a los tribunales. La empresa fue inspeccionada por la Xunta, que reveló irregularidades de funcionamiento que ya habían sido denunciadas por los padres.