Prudente ambición

M.G. Reigosa

SANTIAGO

29 oct 2012 . Actualizado a las 11:32 h.

La Copa del Rey ilusiona al obradoirismo y más después de la exhibición del equipo frente al Cajasol, con un dominio de la escena y del juego como no se recordaba. Los números dicen que está en el camino correcto, pero tan importante o más son las sensaciones. Y hay una por encima de todas: como está gestionando el grupo tan fantástico arranque de curso.

Con el cuerpo técnico, ya se sabe que el discurso que apunta al futuro jamás va más allá del partido más inmediato. Es la mejor forma de no dispersar la atención.

Con los jugadores, todavía no he encontrado a ninguno que rehúya el debate, y tampoco a ninguno que saque pecho. La ilusión está justificada, caer en la euforia sería un preocupante síntoma de estupidez.

El Obradoiro 2012/13 da la impresión de estar asimilando el baloncesto cuántico de Moncho Fernández con naturalidad y velocidad. La vieja guardia mantiene un nivel altísimo desde el minuto uno. Frente al Cajasol ya se vio la versión del Ben Dewar de Alicante, la de la fiabilidad. Y Rafa Luz se sacudió las urgencias. Con Buford y Salah Mejri solo cabe esperar que sigan progresando. El alero es un jugador académico, y el pívot un intimidador que crecerá exponencialmente en cuanto se quite el ansia por anotar. Pumprla está más en la línea de Dewar, aunque con otras características, las de un defensor con el que siempre se puede contar.

Y todavía falta el efecto Hummel. Como decía Diego Ocampo, ayudante de Aíto, parece como si estuviese en un segundo plano pero, si físicamente está bien, será otra pieza de mucho talento en el engranaje.

Hace tres años, el Obradoiro se quedó a un triunfo de entrar en la Copa y luego descendió. Años antes, al Granada le pasó lo mismo y amarró la permanencia en la última jornada.

El pasado curso el Obradoiro hizo una primera vuelta de descenso y una segunda de play off. El Fuenlabrada, al revés. El Alicante, en cambio, estuvo todo el tiempo en la zona templada.

Por presupuesto, Barça, Madrid, Baskonia, Málaga, Valencia y Bilbao están casi obligados a entrar en la Copa. Como mucho, podría despitarse uno. Pero aún así la lucha por las otras tres plazas sería muy abierta. Solo soñar con ello ya es un éxito de gran calibre.