Entretenimiento máximo con cuatro palos y unos garbanzos

La Voz

SANTIAGO

23 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

José Manuel García y Xosé López González recuperaron el espíritu de los juguetes tradicionales a través de la iniciativa Tempo de Xogar. Arcos y flechas hechos con ramas y cuerda, tirachinas, gorros confeccionados con hojas de castaño... Mil y una maneras de entretenerse y ninguna se enchufa. Decía José Manuel que actividades como la que ayer se realizó en la plaza de Europa son una manera «de coñecer a tradición popular e o entorno».

El monitor explicaba que, hace años, los niños jugaban con cualquier cosa, con piedras, con palos, con hojas de los árboles, que conocían las resistencias de las maderas y lo que podían dar de sí. Por desgracia, el modo de vivir en las ciudades y la tecnología han dejado todo este fondo documental en un segundo plano, tan secundario que existe un serio riesgo de que se pierda.

No había más que ver las caras de los niños para constatar que divertirse de verdad es lo más barato del mundo. Y que un garbanzo, convenientemente disparado, es una munición fantástica para hacer puntería contra unas latas de refresco.

La música y el baile cautivaron a los pequeños, pero también a los grandes; no hay padre ni madre que no se sepa de memoria los estribillos pegadizos de Cantajuego.