Marta Ortega eclipsa a la duquesa de Alba

SANTIAGO

02 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El miércoles, sobre las ocho de la tarde, encendí la tele. En TVE una periodista hablaba en directo desde una corredoira de Cambre, con el pazo de Anceis, propiedad de Amancio Ortega, al fondo. Desde que La Voz de Galicia publicó el fin de semana pasado la exclusiva del enlace de Marta Ortega en el citado pazo familiar, todos los medios de comunicación se volcaron con la noticia adelantada por este periódico. Hasta hubo quien llegó a afirmar que Marta Ortega eclipsaba a la duquesa de Alba, que se casa esta próxima semana. Lo que más me llamó la atención del reportaje televisivo fueron las imponentes declaraciones de un vecino de la zona que no dudó en afirmar que el tema de la boda es bueno porque «se revalorizan los terrenos y aumenta la seguridad». Las revistas del corazón también dedican mucho espacio a la noticia e incluso rebautizan a Marta como la princesa de Zara, no confundir con Zara Phillips, nieta de la reina Isabel II, cuya boda con el jugador de rugbi Mike Tindall también fue muy mediática. A la familia Ortega le hubiese gustado mantener durante más tiempo en secreto el enlace de Marta y el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya y, ahora que ya se sabe, seguirán con la misma discreción de siempre y esperando el rigor y respeto mediático. Sobre este último aspecto me llamó la atención una página web que se atreve a indicar que Marta se decantará por un vestido de Galiano, a pesar de que su padre prefiere que vista de Inditex. Lo que hay que leer.

Cocina de aquí y de allá

El único día que pude sentarme a ver la tele fue el miércoles, porque el lunes asistí a una cena un tanto surrealista en el precioso pazo de Santa Cruz de Mondoi, en Oza dos Ríos, a las afueras de A Coruña, invitado por Antonio Amenedo, gran cocinero y alma máter del pazo, y por Antonio Muiños, el rey de las algas, erizos, setas y champiñones. Me lo pasé fenomenal y aprendí mucho, en especial de la hierba del rocío, una planta enanita con un sabor dulzón que Muiños descubrió en las marismas gallegas. A todo esto, lo de surrealista es porque los encargados de preparar la cena fueron un grupo de chefs holandeses y belgas cargados de estrellas Michelin. Con buena intención cometieron el error, más bien la osadía, de preparar platos de aquí y utilizar materias primas de primera calidad, como son nuestros pescados y mariscos. Hubiesen quedado mejor cocinando sus especialidades. Es lo que hace Javier Ozores, conde de Priegue. El jueves acudí al Náutico de A Coruña a la presentación del libro de recetas que Gadis va a regalar a los clientes que acumulen 200 euros de compra durante el mes de octubre. Titulado 52 semanas y 3 días de fiesta recoge otras tantas recetas de platos «de los que hacemos en casa», apunta el autor. Recuerdo con emoción los huevos encapotados que tomé hace unos meses en su domicilio-palacio de Montrove. No hay nada como la cocina casera bien hecha. Ozores tiene 3 estrellas Michelin de verdad. Como complemento a la puesta de largo del libro producido y diseñado por Europublic, del que se distribuirán 40.000 ejemplares, sirvieron una empanada de zorza extraordinaria, pisto, pencas de acelgas y un volován de mejillones en el que no percibí demasiado el sabor del bivalvo. Mientras, la regatista Teresa Zabell participó en el mismo edificio en una charla organizada por la banca privada del BBVA.

Escuela en Madrid con acento gallego

Mobiliario de Vigo, personal formado en Galicia, proyecto educativo gallego... Todo huele a nuestra comunidad en la escuela infantil Peque?s School, con capacidad para casi 150 pequeños, que Paula González Gundín inauguró ayer en Madrid. Hasta los operarios que reformaron el edificio de 4 plantas del barrio del Pilar falaban en galego y, ya es casualidad, la calle en la que se asienta es la avenida de Betanzos. «Hace 11 años que abrimos nuestra primera escuela en Galicia y ¡fíjate tú! ya son 17 con esta, la primera en la capital de España. Es una apuesta muy ambiciosa porque, como es un edificio entero, contamos hasta con un parque detrás», destaca Paula, propietaria de Pequerrechos, que cambió el nombre para su apuesta madrileña. Niños para poder llevar a la guardería esperan tener pronto Victoria Lugrís y Javier Marqués, que se casaron ayer en Mera. Ella es nieta del mítico Urbano Lugrís e hija de mi querido Lugrís Vadillo. Su abuelo y su padre ya pintaban cuando Amancio Ortega era un joven que empezaba a trabajar y a soñar con tener un pazo.