Galicia. Guitarras eléctricas. Ideario común. Disco recopilatorio. Estas cuatro notas invitan, desde una mirada externa, a establecer paralelismos entre el rock bravú y el galician bizarre. Si, aun encima, se apela a conceptos como el gastro-punk -«siempre intentamos hacer una churrascada o ir a tomar pulpo cuando hacemos un festival», explica Anido- la tentación resulta mayor. Los grupos, sin embargo, tiran de freno de mano. Los parecidos se quedan ahí.
Snob Megalove, de Shit Pony, por ejemplo, marca diferencias derrochando sentido del humor: «O bravú cántase en galego, o bizarre bérrase en todos os idiomas, e moitos son inventados. O que para o bravú foi Antón Reixa, para nós é Cañita Brava. O bravú reivindicou gaitas e orquestras e bizarre reivindica o dereito a odiar gaitas e orquestras sen ser, por iso, menos galego».
Anido opta por lo pragmático: «Hoy en día puedes escuchar música sin ni siquiera comprar el disco. Lo nuestro está en Internet. Quien quiera conocerlo lo puede hacer y sacar sus propias conclusiones». Y una de las más claras es que Galicia vive, en lo musical, un momento especialmente dulce, del que galician bizarre representa solo una parte. «Se han perdido muchos complejos y la gente está orgullosa de hacer música y ser de un sitio», opina Rafa Anido. Destaca un ejemplo: «Hay gente de pueblos, como Triángulo de Amor Bizarro, que son de Boiro y que están triunfando. Pero siguen viviendo aquí y pasan de irse a Madrid».
Respecto al papel de referente que el grupo Triángulo de Amor Bizarro pudiera tener en esta nueve corriente musical, Anido lo ve con buenos ojos. «Creo que es una buena relación. Grupos como ellos o Franc3s ahora ya están a otro nivel, pero vienen un poco de aquí. Nadie quiere identificar a nadie con nada, ni mucho menos, pero se trata de relaciones personales. Grupos en los que estuve yo, como Jiménez del Oso, íbamos a tocar con Triángulo por ahí. Hay una relación directa de amistad y de tocar juntos en muchas ocasiones».