El estadounidense Mike Higgins finalizaba su contrato el 2 de octubre, pero el cuerpo técnico del Obradoiro decidió ampliar el compromiso con el veterano jugador de 42 años de edad (17/02/1967). Este pívot de 2,05 metros llegó en la pretemporada para echar una mano en los primeros entrenamientos del equipo santiagués, pero al final se quedó a las órdenes de Curro Segura con un contrato hasta final de temporada. El pívot, además, fue elegido por sus compañeros como uno de los capitanes del equipo.
Ante el Caja Laboral, Mike Higgins pasó a la historia de la ACB. Se convirtió en el jugador de más edad en disputar un partido. Lo hizo con 42 años, 8 meses y 8 días. En los tres primeros partidos, ante Barcelona, Valladolid y Granada, el entrenador obradoirista Curro Segura no le dio la alternativa al jugador, aunque el estadounidense debutó en la máxima categoría del baloncesto español hace veinte años con el Valvi Girona (temporada 1989/1990).
Curiosamente, Higgins se estrenó como jugador de ACB en la misma campaña en la que el Obradoiro disputó aquel histórico play-off de ascenso ante el Júver Murcia. Aquel enfrentamiento que acabó en los juzgados y que dos décadas después situó al cuadro de la capital gallega en la ACB.
Casi cuatro minutos
Hasta el encuentro frente a Caja Laboral, en que el Obradoiro tuvo opciones de dar la campana hasta pocos minutos antes de la conclusión, Higgins era el quinto jugador en la tabla de los más longevos. Contra el conjunto vitoriano, el pívot americano del Obra superó en esta clasificación al mítico Joan Creus, que en la temporada 98/99 jugó con el TDK Manresa. Lo hizo también con cuarenta y dos años, pero con unos meses menos. Higgins ya cumplirá esta misma campaña los cuarenta y tres años.
Higgins no pisó la cancha de ACB en las tres primeras jornadas, pero sí lo hizo en la pista del Caja Laboral. Disputó 3 minutos y 39 minutos, tiempo en el que poco pudo aportar. Cometió dos faltas personales.
Higgins reconoce que nunca piensa que es una persona de 42 años, y mucho menos en su trabajo. Les lesiones le respetan y no descarta seguir jugando. No se plantea si continuará o no en España, en el Obradoiro o en la ACB. Simplemente mira el día a día. Esta misma sensación la tenía a los 35 años. Tampoco por entonces sabía si iba a ser o no su último equipo.
Le gusta Santiago
A Higgins le gusta Santiago, pues considera que es una ciudad con gente «muy noble». No le importa la lluvia, aunque a veces siente nostalgia de su país. Le encanta vivir en España y su hija nació en Canarias. Ahora, solo espera jugar más minutos por partido. Tener más presencia en el equipo. Pide que la afición disfrute al máximo de este nuevo Obradoiro en ACB «después de veinte años de lucha y espera».
Higgins se formó en la Universidad de Northern Colorado. Jugó durante unos meses en Los Ángeles Lakers y en los Nuggets de Denver. Lo hizo antes de venir a España para formar parte de la plantilla del Valvi Girona, en ACB. Tras su experiencia catalana, lo intentó de nuevo en la NBA, pero no llegó a jugar en los Seattle Supersonics. También vistió la camiseta de los Sacramento Kings.
Vuelta a España
Un año después de abandonar Girona, Higgins regresó a la ACB para jugar en el Granada. El pívot del Obra recorrió medio mundo, pues estuvo en las ligas italiana, francesa, japonesa, brasileña y argentina. En España, además del Valvi y del Granada, jugó en Bilbao, Cáceres, León, Santander, Zaragoza, otra vez Granada y Gandía.
En el 2002 se nacionalizó español y fichó por el Granada como jugador seleccionable, pero fue sustituido. Jugó en la LEB y logró hace dos temporadas el ascenso a la ACB con el Cai Zaragoza.