Desde que la mancomunidad de municipios Serra do Barbanza se puso en marcha, en 1997, nunca hasta ayer se había producido una aproximación entre este colectivo y Arousa Norte. Ahora, ambas entidades se muestran dispuestas a colaborar para poner en marcha una planta comarcal que utilice la biomasa forestal para producir energía eléctrica, instalaciones que se ubicarían dentro del recinto que ocupa el complejo medioambiental de tratamiento de residuos de Servia.
El acercamiento entre ambas instituciones se puso de manifiesto ayer, con motivo de la visita que el director del Instituto Enerxético de Galicia (Inega), Xoán Ramón Doldán, realizó a las dependencias de Lousame en las que se fabrica compost a partir de la basura.
El alcalde de Boiro, Xosé Deira, explicó que el gobierno que preside llevaba cuatro años tratando de poner en funcionamiento una central de biomasa, pero comentó que un estudio de viabilidad que encargaron concluyó que, para que fuera rentable, necesitaban contar con la implicación de un número considerable de municipios.
Propuesta
Es por eso que las dos mancomunidades comparten ahora la idea de que, si se unen, sí se darán las circunstancias precisas para que la planta sea asumible desde el punto de vista económico. La propuesta de Serra do Barbanza pasa por que se beneficien de ese servicio vecinos y comuneros de 16 concellos: todos los de Barbanza, Muros y Noia más Ames, Brión, Dodro, Padrón, Pontecesures y Rois.
Lo que el alcalde de Lousame, Santiago Freire, pidió al director del Inega es que aporte 45.000 euros para poder elaborar un estudio de viabilidad de cara no solo a construir la planta de biomasa, sino también para que en el complejo medioambiental de Servia se puedan tratar lodos de depuradoras y colocar unas placas fotovoltaicas para reducir el consumo de energía eléctrica.
Hacerlo llevaría unos tres meses. Doldán mostró su disposición a colaborar en el desarrollo de esta iniciativa.