Viaje visual al lado oscuro

Antonio Aiguader SANTIAGO

SANTIAGO

Testigo directo | La muestra «Vudú, o camiño negro de Santiago» La exposición de Luis López «Gabú» en el pazo de Bendaña invita a adentrarse en un universo desconocido y terrorífico, pero real como la vida

01 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

SANTERÍA. Lucía Outeiral, ante la foto Saciando ao diaño, una inmersión en los rituales de santería de Haití. FUSIÓN. Sara Allú explica una imagen con elementos del catolicismo (Santiago Matamoros) y de los ritos africanos. LA MUERTE. Esta imagen muestra a la víctima de un hechicero, condenada a pudrirse en un ataúd a la intemperie. LA VIDA. Esta fotografía se titula Bokor no interior dun nicho subterráneo y es una de las mejores de la muestra. ?e todos los mundos que es preferible observar a distancia, el que retrata Luis López Gabú en su exposición Vudú, o camiño negro de Santiago, es quizás uno de las más inquietantes: por intenso, por desconocido y porque cada una de las imágenes es un impacto en el centro mismo de las emociones. Nadie que entre en la Fundación Granell para contemplar los bocados de realidad de Gabú saldrá con la misma cara con la que entró, y eso no es malo. Además de la indudable calidad fotográfica de esta selección de golpes, el trabajo de Gabú tiene un aliciente más: que está basado en la vida misma. Después de recorrer las salas, uno prefiere apelar a la racionalidad y pensar que todos los ritos del Haití más profundo no son más que eso, ritos, costumbres enraizadas en la humanidad más primitiva, la del culto a la sangre y al sacrificio. Claro que también hay otra sensación que se apodera del observador, ésa que tiene que ver con un pensamiento que uno se queda para sí mismo: «¿Y si detrás de todo eso hay algo?». Los objetos que se incluyen en la exposición no hacen si no echar leña al fuego de la imaginación. En la fotografía Saciando ao diaño en ritual menor, alguien se come las entrañas de un ave; una orgía de sangre retratada en una serie tiñe de rojo la retina hasta sobrecoger; la santería, los rituales, la magia negra, el resultado de mezclar catolicismo y ritos africanos que es el vudú; un niño zombi... y ese Santiago Matamoros que sirve de nexo entre aquel mundo y éste. Lo dicho, puro impacto. La exposición permanece abierta en Bendañam de lunes a sábado, de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas (martes cerrado). Los domingos, de 11.00 a 14.00 horas.