«Los gallegos son cachondones»

Nacho Mirás SANTIAGO

SANTIAGO

En directo | El viaje de un grupo de pensionistas sevillanos Los visitantes descubren que Galicia y su capital no son tan tristes como los pintan

17 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

?on un grupo tipo de visitantes que llegan a Santiago. Vienen de Sevilla, son pensionistas y han estado nueve días en Galicia. Porque esa es una característica general a muchos visitantes: puestos a hacer kilómetros, Compostela es sólo uno de los destinos. Eric es belga de nacimiento y sevillano de adopción. De hecho, habla un correctísimo andaluz con seseo. Dice que se han hospedado en O Grove y que el domingo lo han dedicado a la capital de Galicia: «Nos ha parecido uno de los lugares más bonitos que hemos visto en todo el recorrido». No les ha llovido, y lo atribuyen a que se traían el buen tiempo del sur enganchado en el autobús: «En este grupo, cuando hacemos un viaje, tenemos un duendecillo que nos lleva el buen tiempo por delante», manifiesta Eric. El viaje lo ha organizado Comisiones Obreras y sus participantes están encantados. Además de Santiago, confiesan que lo que más les ha gustado es el monte de Santa Tecla, Vigo, Combarro y Cambados. La mujer de Eric se muestra «sorprendida» con lo que han visto. Otro de los miembros del grupo dice que el viaje le ha servido para romper tópicos: «Yo creía que los gallegos eran tristes, aburridos, pero resulta que son unos cachondones todos, veo una alegría en ellos contando chistes, y esto y lo otro...». Otro recuerdo grato se lo llevan en el estómago. Eric comenta que el marisco de Andalucía es bueno, «pero hay que reconocer que, aunque hay que pagarlo, es de una magnífica calidad». Visto lo visto, no dudarían en recomendar el viaje a sus amigos. Sobre si el fenómeno chapapote, bien por solidaridad, bien por curiosidad, es una de las razones para escoger destino dicen: «Hemos tenido curiosidad, pero nos hemos llevado una desilusión muy grande». Y el chasco, curiosamente, no tiene que ver con que las playas estén más o menos limpias. Una de las mujeres del grupo cree que «lo que ha pasado aquí en las municipales no tiene nombre, porque ha venido mucha gente a limpiar chapapote, hemos llorado mucho allí, y ustedes no han cambiado nada». Eric, Antonio, Manuela, Isabel y Manolo posan en Praterías satisfechos, justo antes de apurar las últimas compras en las que no faltarán, explican, algún objeto de plata, recuerdos de Santiago y alguna delicatessen gastronómica.