Las protestas universitarias alteran la actividad cotidiana en Compostela

M. CH. SANTIAGO

SANTIAGO

ÁLVARO BALLESTEROS

Los estudiantes harán huelga de consumo el próximo lunes, tras colapsar ayer el Servicio Galego de Colocación Encierros, manifestaciones multitudinarias, pintadas, lecciones magistrales junto a la Catedral, cortes de tráfico en arterias, caceroladas... La comunidad educativa de Santiago insufla aire estos días al mayo del 68 que viven las universidades españolas. Al grito de todos contra la LOU -elitista y retrógrada, para sus detractores-, los movimientos de protesta alteran la actividad cotidiana en ésta bastante más que en las otras ciudades del país.

09 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Ayer, la penúltima muestra, la última imagen: cientos de estudiantes colapsaron las oficinas centrales del Servicio Galego de Colocación, una especie de Inem autonómico. Ramón Piñeiro, donde se encuentra ubicado este gabinete, más parecía un bulevar argentino que una calle compostelana. «Lo hacemos porque dentro de poco, si finalmente se llega a aplicar la reforma, todos tendremos que trabajar para pagarnos las carreras», explicó un portavoz del colectivo. Toca descanso hoy, reflexión tras una semana de locos; mañana ya no. La noche del domingo será parecida a la de este jueves: mucho ruido, cacharros aporreados. Y agentes en las esquinas. En prevención de actos vandálicos, hasta ahora residuales, la Delegación del Gobierno ha decidido reforzar la presencia policial en la calle. Ya el lunes habrá huelga de consumo. Los descontentos con la nueva ley sectorial están llamados a retraerse y evitar gastos. Según estadística municipal, los alumnos de la USC se dejan cada mes doce millones de euros (2.000, en pesetas) en las registradoras de Santiago.