Sus ojos

Noa García Pérez

CULTURA

15 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Acaso nunca has visto sus ojos? Esos ojos color chocolate que encierran tantos secretos. Esos ojos que cuentan aventuras con cada parpadeo. Yo los vi. Los vi una vez en Venecia, mientras recorría los canales en una góndola de esas que tanto salen en los libros románticos. Él estaba apoyado en la barandilla de un balcón de una de las múltiples viviendas que me rodeaban en mi paseo acuático, una toalla rodeaba su cintura y entre sus dedos tenía un cigarro al que daba pequeñas caladas. Y pese a la distancia que nos separaba vi sus ojos y me dio un vuelco el corazón. Él pareció notarlo y sus pupilas se clavaron en mí, haciendo que mi piel se erizase y que una vorágine de sensaciones se acumulase en mi estómago. Las comisuras de sus labios parecieron moverse un poco hasta que formó con ellos una preciosa sonrisa que hizo que me quedase sin aliento.

El gondolero, testigo de aquel encuentro, paró la travesía y me animó a bajarme para encontrarme con el dueño de aquellos ojos. Él, desde su balcón, se dio cuenta del hecho, alzó las cejas un segundo y entró en su hogar. ¿Bajaría a mi encuentro? ¿Me quedaría allí únicamente acompañada de mi estupidez? Pronto recibí respuesta a mis dudas y lo vi salir de uno de los portales y acercarse con paso apresurado. Camisa blanca, vaqueros azules, sonrisa en el rostro y rosa roja en la mano. Llegó a mi altura en cuestión de segundos y me tendió la rosa, mirándome fijamente y desmenuzando mi expresión de sorpresa.

-¿De dónde has salido, dueña de mis sueños?

Aquella declaración hizo que se me subiese el corazón a la garganta. Y cuando sus labios estaban a punto de encontrar los míos, desperté, pero aquellos ojos chocolate siguen hoy en día en mi mente. Sigo buscándolos en el canal de Venecia. Y ahora, mientras le pregunto al gondolero si ha visto esos ojos, los encuentro asomándose al balcón y buscándome.

Noa García Pérez, 16 años. Vigo. Estudiante.