La reconversión del PSOE de Sanxenxo

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

EMILIO MOLDES

Los socialistas, en su peor momento en la villa, afrontan la reconstrucción de su agrupación y de su imagen pública

28 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El PSOE se enfrenta en Sanxenxo a su forzosa reinvención si quiere sobrevivir en la política de la capital turística de las Rías Baixas. Tras el pleno del pasado lunes el partido del puño y la rosa se ha quedado sin escaño y sin voz en la corporación local, por primera vez desde que España recuperó la democracia. La caída libre de la formación socialista sanxenxina es de una dimensión tal, que cabe casi cualquier adjetivo catastrófico para describirla. Y eso que hace unos 20 años era la gran esperanza de la política local. De hecho, fue el partido que tuvo la mayoría absoluta en las elecciones de 1995.

Podría decirse que el PSOE de Sanxenxo murió de éxito o también que se quiso suicidar. Sus crisis internas debilitaron la acción de gobierno y le llevaron incluso a perder a su cabeza de lista. José Luis Rodríguez fundó un partido rival, VIPS, con el que además sostuvo en la alcaldía a una maltrecha dirigente popular, Catalina González, acosada por un beligerante SAL en alza y la sombra del regreso de Telmo Martín al cartel del PP.

En el 2015 el PSOE apostó por un cambio radical en su candidatura. Optó por Coral González-Haba. Fue un experimento arriesgado. A la candidata la faltaba experiencia política activa, era una desconocida por la mayoría de sus vecinos y tenía rivales que le aventajaban en veteranía electoral en una dura competición por los codiciados escaños de la calle Madrid.

Esa noche electoral, González-Haba ya se dio cuenta de su soledad interna en las filas socialistas. Su cartel solo logró 829 votos y un escaño -el suyo-, y esa misma noche se habló de dimisión, puesta a disposición del cargo y etc... Sobrevivió Coral a la debacle y pudo tomar asiento en el pleno, pero a coste de una fuerte crisis interna. Y es que el secretario general, José Buezas, entendía que la edila electa debía renunciar a su escaño, por desavenencias sobre pactos y la línea de actuación municipal. Ganó González-Haba el pulso, suscribiendo un cuatripartito con SAL, BNG y Sanxenxo Pode, mientras que Buezas dejó el partido.

Gobierno tempestuoso

El cuatripartito asignó a la concejala socialista el área de Medio Ambiente, con responsabilidad en materias tan delicadas como la campaña de playas. La edila del PSOE, sin embargo, tampoco logró cuajar en el equipo de gobierno. Se notaba cierto distanciamiento, pero la ruptura de la coalición vino por otro lado. Roberto Carlos Agís, de Sanxenxo Pode, dejó a la vez la concejalía de Cultura, el gobierno y su formación política. Ya convertido en tripartito el ejecutivo siguió un año más, con tensiones que explotaron con las obras de la Diputación en la calle Luis Rocafort. En una inusual rueda de prensa en plena vía, el alcalde Gonzalo Pita, acompañado por el liberal Daniel Fernández, le recordó a la Diputación que con el alcalde de Sanxenxo no se jugaba. Ese día, allí, junto al forjado, Pita también esperaba a Coral. Lo dijo en alto a la prensa, pero ella no vino.

Ella sí acudió, sin embargo, a una rueda de prensa posterior con el BNG, para expresar que el PSOE tampoco compartía las formas de SAL sobre la obra ni el cariz de sus críticas a los dos partidos. Poco tiempo después, el tripartito se disolvió y SAL suscribió un nuevo acuerdo de gobierno que dio la alcaldía a Telmo Martín y al PP, mientras que Pita pasó a ser su teniente de alcalde. El PSOE regresaba así a la oposición en el Concello.

La dimisión de Óscar Serantes de la secretaría general en abril del 2017 abrió aún más la brecha interna del PSOE. Hubo tres candidatos: Hugo Andrade, que ganó, Ainhoa Fervenza y Juan José Portela. Tres visiones de hacia dónde debía marchar el partido, que se reprodujeron en la renovación del cargo en enero de este año. Ganó Fervenza, por cinco votos. Fue una cita reñidísima.

La nueva secretaria del PSOE sanxenxino y su única edila no congeniaron nunca. Era vox populi y la ruptura era cuestión de tiempo. Una muerte anunciada. En el pleno de julio, González-Haba no abrió la boca más que para comunicar su abstención en todos los puntos del orden del día. Era el anticipo de lo que iba a pasar, aunque en aquel momento lo negó. Fuentes próximas a la edila sostienen que, desde el PSOE, a Coral no le ayudaban ni a preparar el pleno. No había comunicación.

El pleno del lunes fue definitivo. «En la agrupación socialista de Sanxenxo, existen dos corrientes bien diferenciadas y las dos igual de nocivas», sostuvo la ahora concejala no adscrita. Fervenza tiene ahora la tarea de recomponer la imagen pública del PSOE, su propia agrupación y cumplir el programa con el que ganó la secretaria general en enero: «Retomar el contacto con todos los vecinos que se sienten de izquierdas». Lo tiene difícil.