Intenta agredir a un conductor de autobús en Pontevedra porque no le permitió usar el baño

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Imagen de archivo de la Policía Local de Pontevedra
Imagen de archivo de la Policía Local de Pontevedra Capotillo

El viajero, por su parte, sostuvo que el conductor «lle faltara ao respecto a el e a súa familia, e mantiña que, como cliente, sempre tiña a razón»

27 feb 2024 . Actualizado a las 14:22 h.

El pasado sábado, según confirmaron desde el Concello de Pontevedra, la Policía Local tuvo que mediar en un intento de agresión a un conductor de un autobús en la avenida do Uruguai, delante de la plaza de O Peirao, donde el vehículo estaba estacionado.

El suceso se produjo poco antes de las ocho de la tarde, de tal modo que cuando los agentes llegaron al lugar del incidente se encontraron con un grupo de seis o siete personas sobre un hombre que estaba en el suelo de espaldas. Nacido en 1982, este individuo «estaba moi alterado, gritaba en voz alta, braceaba e daba patadas».

De hecho, a pesar de que los agentes trataron de tranquilizarlo y le pidieron que depusiera su actitud, no lo consiguieron, lo que determinó que le pusieran las esposas. «Só nese momento se tranquilizou», por lo que, acto seguido, le retiraron las mismas, añadieron estas fuentes.

El informe policial recoge que esta persona les trasladó a los policías que quería agredir al conductor porque «lle faltara ao respecto a el e a súa familia, e mantiña que, como cliente, sempre tiña a razón».

Por su parte, la víctima relató que, «unha vez na parada, o señor dirixiuse ao baño do vehículo que estaba pechado», por lo que, tras indicarle que el autocar estaba parado, le señaló que «fose a un cafetería próxima ao igual que o resto do pasaxe». Sin embargo, y según añadió, «o pasaxeiro non quixo e comezou a propinarlle empuxóns e a increpalo. Finalmente baixou pero cando regresou, volveu moi alterado tratando de agredir ao condutor, polo que foi reducido por varias persoas para evitar a agresión».

Finalmente, el autobús, que regresaba de una excursión de un día en O Grove, continuó su viajar sin esta persona, su mujer y unos amigos, que «se fixeron cargo de el».