«La pandemia supuso una parada prácticamente a cero de la actividad de los procuradores»
PONTEVEDRA CIUDAD
El pontevedrés defiende la ampliación de las atribuciones para que puedan llevar a cabo la ejecución de resoluciones
16 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado viernes, Joaquín Gabriel Santos Conde tomó posesión como nuevo decano de los procuradores pontevedreses consciente de que «el ciudadano de a pie, el que es lego en derecho, no tiene suficiente conocimiento de cuál es nuestra función».
-¿Qué retos se ha marcado?
-Son cuatro los pilares fundamentales de actuación. Por un lado, mantener el equilibro financiero y presupuestario del colegio, pero también fomentar la formación continua de los procuradores, tanto en el ámbito jurídico como en el telemático. De igual modo, tenemos que reforzar la actuación institucional del colegio para dar a conocer la figura del procurador de los tribunales como un represente técnico del justiciable y como un colaborador esencial de la Administración de Justicia. Es el encargado de dotar de agilidad a esta administración. Y, ya por último, mantener y, en la medida de lo posible, mejorar los servicios que ofrece el Colegio de Procuradores, que abarca el partido judicial de Pontevedra y otros siete más. Tenemos una red de servicios en cada partido judicial.
-¿Antes aludía a que son una figura desconocida?
-Sí y eso que cumplimos un papel fundamental, ya sea a través de los colegios, del Consello Galego de Procuradores o del Consejo General. Estamos trabajando en reforzar la imagen del procurador, explicar qué es lo que hacemos, la importancia que tenemos como colaboradores de la Administración de Justicia. Entre nuestras atribuciones, agilizar los tramites para impulsar los procedimientos, practicar actos de comunicación y notificación cuando el juzgado no consigue realizarlos, que es algo que desbloquea los procedimientos. Los procuradores deben realizar una labor pedagógica con sus clientes, explicarles, por ejemplo, qué es un poder, qué funciones tiene o qué va a realizar como representante del cliente.
-En la situación que estamos viviendo es inevitable preguntarle por cómo les está afectando la pandemia del coronavirus.
-La pandemia supuso un parada, prácticamente, a cero de la actividad de los procuradores. Aunque fue declarada esencial, realmente el procurador tenía un papel mínimo en la mayoría de los procedimientos que fueron considerados como esenciales durante el estado de alarma. En muchos de ellos, por su tipología, no es obligatoria la intervención del procurador. El parón fue drástico y podemos hablar que pudo alcanzar el 90 %. Y eso sumado a la huelga del 2018 de funcionarios de Justicia a nivel de Galicia. En dos años tuvimos un parón de ocho o nueve meses de actividad. Nos hizo mucho daño.
-¿Se percibe una recuperación?
-Sí. Desde mediados de junio la actividad se está recuperando. Se habilitó parcialmente el mes de agosto, que antes era inhábil a efectos civiles, y eso ayudó un poquito, por lo que esperemos que en los próximos meses el volumen de actividad vaya alcanzando las ratios normales.
-Y ya por último, ¿cómo observa el futuro de esta profesión?
-Somos muy útiles. El procurador no solo es útil, es esencial para el buen funcionamiento de la Administración de Justicia. También es cierto que llevamos años demandando nuevas funciones que nos equiparen a otros operadores jurídicos que existen en el derecho comparado europeo, como son los agentes de ejecución en Portugal. Una vez se aprobó esta figura en el país vecino supuso bajar las ratios de ejecución de las resoluciones judiciales de cinco años a apenas tres o cuatro meses. Son funciones que son vitales para agilizar la Justicia y son reformas procesales que venimos solicitando desde hace años. Es algo que beneficiaría a la propia Administración, pero también a la ciudadanía, al flujo económico y a la propia seguridad jurídica. Y es que si la Justicia tarda tres o cuatro años en ejecutar una resolución, realmente esa resolución favorable queda en papel mojado.